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El pasado miércoles, la compositora y pianista Clara Peya presentó su álbum ‘Corsé’ (Vida Records) en el marco del Festival de Jazz de Barcelona en la Paral·lel 62.
‘Corsé’, el decimotercero de una fértil carrera, producido entre la propia artista, Adri González y Didac Fernández, los dos músicos que también la acompañan en el directo y que entienden hacia donde tienen que ir las canciones.
Lo nuevo gira en torno a lo que llama la violencia de la perfección donde caben el tiempo, la muerte y el movimiento. Clara Peya nos habla de la perfección que nos imponemos y que nos imponen, y que debería eliminarse porque genera mucha frustración, presión y rabia. Presenta la intención de ‘Corsé’ como una defensa radical de la imperfección como motor de cambio, es decir, reivindica la imperfección como acto político y radical: “Un ser imperfecto desea, por lo cual está en movimiento, mientras que la perfección es inerte, no puede mutar. La imperfección es la vida y se mantiene en movimiento y en transformación porque debe llegar a algún sitio”, reflexiona.
El disco abre la voz hasta a trece artistas diferentes, una generosa apuesta. Trece son las canciones cantadas cada una por un músico diferente, unas en catalán y otras en castellano. Participan Sílvia Pérez Cruz, Albert Pla, Ferran Palau, Marina Herlop, Salvador Sobral, Anna Ferrer, Pol Batlle, Leo Rizzi, Ede, Momi Maya, Iris Deco, Maren y Àlex Serra. Todo un reto encajar todas las colaboraciones en un disco cuando se trata de buscar la coherencia en el mismo.
Era evidente que presentar el álbum con los 13 artistas se quedaría en una idea-ficción, si es que alguien se lo había imaginado. Por eso, en los conciertos son las mismas voces cantando todo el disco, las dos voces de Carmen Aciar y Aina Zanoguera, las que llevan a escena ‘Corsé’.
Ellas fueron las que nos deleitaron junto a todo el elenco de Clara Peya con unos registros que dejaban al público emocionado, tema tras tema. Su compartir escenario fue algo muy bello, de dos piezas que encajan imperfectamente, de manera orgánica según la emoción.
La compositora también nos regaló colaboraciones como el tema El Tall con Ferran Palau. Como dice la pianista, pudimos ver cómo Ferran mastica las palabras, las estira y las llena de significado. Alex Serra fue el segundo invitado confirmado para el concierto de Barcelona donde vimos a una Peya conectada, vibrando en ese magnetismo hecho de tierra y amor. Alex fue quién grabó la voz de ‘Estat salvatge’ en el disco.
Y así iban sucediendo y encajando las piezas del corsé con Maldita mi imagen, Sota les dents, Cerebralmente, Abrir la luz, Hija del Silencio, Les flors, Vientre seco, El plor d’un cavall, Alta traïció, Ángel caído.
Cabe decir que no podía faltar ‘Tierra del hielo’, la maravillosa canción que grabó hace años junto a Alessio Arena y que una vez más Aina Zanoguera se la hizo suya y nos regaló uno de los momentos más tiernos y cálidos de la noche. Se podía sentir el calor, literalmente. Cabe decir que Aina se llevó al público de calle, una artista que nos llevó de la delicadeza de temas como Tierra del Hielo a Alta traïció, subida en una plataforma por encima del piano, donde la luz formaba un triángulo entre ella, Clara y el instrumento cautivando a todas las allí presentes.
Llegó el colofón. Cuando nos esperábamos un par de temas para cerrar y ninguna colaboración más después de Alex Serra, Ferran Palau y bailarinas de contemporáneo, llegó la red, el abrazo, la ternura radikal de combatir juntas el dolor que causa el discurso de la perfección. Sobre el escenario un elenco bordando Nana para mí, el tema grabado por Silvia Pérez Cruz. Gozamos de la presencia y el arte de artistas como: Ferran Palau, Judit Nedderman, The Sey Sisters, Clara Gispert, entre otras, junto a Carmen, Aina, Clara Peya, Didak Fernández. ¡Todavía tenemos los pelos de punta!
Así fue como puso broche a la presentación de ‘Corsé’, considerado por la artista como el disco más maduro y también el más electrónico con una mirada orgánica. Musicalmente, los temas se van entretejiendo a través de sonoridades similares y las letras son muy poéticas, de hecho, tal vez una de las jugadas de la compositora con más imágenes desde un lenguaje cargado de violencia y elementos bélicos, que funcionan para arrancarse el peso de todo lo que se espera de nosotros.
En el concierto la compositora agradeció la mentoría de Miquel Missé y Clara Serra, quienes la han ayudado a dar forma y entender lo que quería. Clara explica que compone para que alguien lo reciba, lo destile y vea qué le provoca, y piensa que si te explica demasiado, te está coartando. A pesar de ello, en cada canción propone un lugar donde pensar y a partir de aquí cada oyente la lleva hacia donde quiera.
Gracias una vez más Clara, por entregarte y abrir un espacio político, por llevar al centro algo tan mundano, por ofrecer música desde esa genuidad imperfecta. Por dejar cráneo y alma al descubierto. Como bien dices: “Como lo perfecto está muerto, la perfección en la música no existe. Porque si es perfecta, no vive.”
Desde Metronome estamos muy contentas de poder haber asistido para contaros más sobre esa mezcla entre luz y sombra, tan humana y tan distinta que sucede en directo. Poner el cuerpo en el escenario es un compromiso y la implicación emocional es tan real que cruza el pecho y llega dentro, a dónde tenga que llegar. Es una artistaza ecléctica.
Esperamos seguir captando en fotografías y palabras los próximos trabajos. Y para las que no pudisteis asistir al concierto de Barcelona, el próximo será el 8 de diciembre en el Teatre Metropol de Tarragona.
Y recordad: "La imperfección nos mantiene con vida porque nos hace desear".