
The Cult en Barcelona hace mítico el refrán: “Lo bueno, si es breve, dos veces bueno”
01/07/2025El pasado domingo 29 de junio, en el marco del Alma Festival, tuvimos el privilegio de disfrutar del concierto de la banda irlandesa The Corrs. Los cuatro hermanos de Dundalk lograron llenar la plaza del Ayuntamiento del Poble Espanyol en Barcelona. Ni la ola de calor ni el hecho de ser domingo por la noche fueron obstáculos para un público entregado, dispuesto a revivir la época dorada del pop de finales de los noventa y principios de los dos mil.
Pasaban pocos minutos de las diez de la noche cuando los hermanos Corr salieron al escenario, todos vestidos de negro: Jim con unas gafas de sol dignas de cualquier estrella del rock, y sus hermanas Sharon, Caroline y Andrea con lentejuelas, listas para brillar como lo llevan haciendo desde hace décadas. Abrieron la velada con "Only When I Sleep" (1997), seguida de "Give Me a Reason" (2000), desatando los primeros coros del público.
La audiencia, tan diversa en generaciones como en nacionalidades, recibió con entusiasmo el saludo en catalán por parte de la banda, un gesto muy bien recibido por los asistentes locales. Tras los agradecimientos, Andrea Corr, vocalista del grupo, pasó al inglés para poder comunicarse con mayor fluidez.
Con el calor aún apretando y la noche cayendo sobre Barcelona, The Corrs nos regalaron algunos de sus grandes éxitos, como "Summer Sunshine" (2004) y "What Can I Do" (1997), canciones que muchos hemos cantado alguna vez en el coche o en casa, a pleno pulmón.
Uno de los momentos más especiales de la noche llegó a mitad del concierto, cuando los hermanos sorprendieron al público con un set de música tradicional irlandesa. Jim a la guitarra, Caroline combinando el cajón de percusión y el bodhrán, Sharon al violín y Andrea tocando el whistle (una pequeña flauta irlandesa) nos transportaron directamente a un pub de su tierra natal. Si cerrabas los ojos, era fácil imaginarse disfrutando de una pinta en algún rincón del condado de Louth.
Después de un breve receso para hidratarse y recomponerse, retomaron con fuerza interpretando temas como "Radio" (1999), "Dreams" (1997) o la melancólica "Runaway" (1995). Resultaba evidente que los hermanos Corr estaban disfrutando tanto como su público: Andrea recorría el escenario dando vueltas y saltitos, claramente encantada… o encant-hada, si nos permiten el guiño tiktoker.
Cuando, minutos antes de las once y media, abandonaron el escenario, muchos pensamos que el concierto había llegado a su fin. Pero, como no podía ser de otra forma, regresaron para una recta final inolvidable con "All the Love in the World" (2002) y, por supuesto, su himno por excelencia: "Breathless" (2000). Esa canción que, si alguien no sabe quiénes son The Corrs, basta con tararearla para que los ubiquen de inmediato.
La banda no defraudó. Lo que podría haber sido una noche más de bochorno veraniego en Barcelona, se convirtió en una especie de Delorean emocional que nos llevó de vuelta a momentos inolvidables de nuestras vidas, muchos de ellos con The Corrs como banda sonora. Ojalá podamos volver a ver pronto a los hermanos irlandeses sobre nuestros escenarios.