ELYELLA: nada los para
13/11/2024En una noche mágica, el pasado martes 12 de noviembre, Bryan Adams dio inicio a su esperada gira por España con un concierto en el Palau Sant Jordi de Barcelona, en el que demostró que, a sus 65 años, su energía y pasión por la música permanecen intactas. Era la primera parada en el país y el arranque no pudo ser mejor: una noche cargada de emoción y nostalgia, con un público entregado que coreó cada una de sus míticas canciones. El canadiense no solo trajo consigo sus himnos inmortales, sino también los temas de su último álbum, “So Happy It Hurts”, que añade una nueva capa a su extensa trayectoria musical.
La noche comenzó con fuerza y mucho ritmo, vestido de un blanco impoluto, enlazó temas como “Somebody”, uno de los temas emblemáticos de los años 80, “Can`t Stop This Thing We Started” o “18 Til I Die” que sirvieron para preparar al público para una velada inolvidable. Cierto es, que poco tardó en interpretar una de sus famosas baladas, en este caso interpretó “Please Forgive Me” para, seguidamente, tras presentarse como “Soy Bryan, vuestro cantante para esta noche”, dedicar “Shine a Light” a su padre fallecido hace pocos años.
La lista de clásicos no se hizo esperar. Adams interpretó “Run to You” y “Can't Stop This Thing We Started”, desatando la euforia en el Palau y grabando a todos por qué su música ha perdurado en el tiempo. La ovación fue monumental cuando llegaron los acordes de “Summer of '69”, ese himno generacional que hizo saltar a los asistentes y corear cada palabra en perfecta sincronía con el artista.
Entre cada éxito de su repertorio, Bryan Adams fue intercalando canciones de su nuevo álbum, un disco que explora la gratitud y el disfrute de las cosas simples de la vida, algo que resonó profundamente con el público. Entre estos temas, destacó “It’s Only Love” con el que quiso hacer un pequeño homenaje a Tina Turner y, por supuesto, “So Happy It Hurts”, en cuya interpretación apareció una sorprendente escenografía: un coche volador que descendió sobre el público presente, simbolizando la libertad y la alegría de vivir que inspira la canción. Este toque visual fue uno de los puntos más memorables de la noche, sorprendiendo a los asistentes y arrancando aplausos y gritos de asombro.
La noche también estuvo llena de momentos íntimos en los que Adams, con una simple guitarra, logró una conexión cercana con el público. Uno de los instantes más emotivos fue la interpretación de “Heaven”, una balada que el canadiense tocó bajo una iluminación tenue que dio al Sant Jordi una atmósfera casi mágica. Los asistentes, conmovidos, acompañaron cada verso, creando un ambiente único en el que se podía sentir la conexión entre el artista y su público.
Tras presentar a cada uno de los miembros de su banda, Bryan Adams se queda a solas con el público presente para interpretar de forma espectacular, “Straight From The Heart” y “All For Love” con las que quiso dar punto y final a un espectáculo lleno de puro rock y con el que reivindicó que es de esos artistas que tienen un show completo que no defrauda nunca.