The Original Wailers, el rescate de un legado
15/07/2019LP destila buen rollo en los jardines de palacio
18/07/2019Viernes
Durante los dos últimos días del Festival Cruïlla, tanto el viernes 5 como el sábado 6 de julio pudimos abarcar mucho más contenido, todo el recinto estaba ya abierto para ese público inquieto. Empezaron con una tarde tranquila, en el escenario Cruïlla Enamora, a ritmo de reggae con Tiken Jah Fakoly, aparece Seydou Koné (más conocido como Alpha Blondy) con una vara tallada que le sirve como soporte. Mensajes antirrepresivos, ecológicos y ante todo buenas vibraciones para todo el mundo. Ya pudimos disfrutar del grupo en el 2013, fue la primera vez que el músico y activista se subía a los escenarios del Cruïlla, vinieron en sustitución de Toots & The Maytals, agradecidos estamos de haberlo visto de nuevo y que nos hiciera disfrutar como bien sabe.
De una punta a otra nos dirigimos al escenario ya abierto de Radio 3 con el grupo navarro Berri Txarrak, un poco nostálgicos ya que posiblemente esta sería la última vez que los veríamos juntos sobre el escenario. Hubo aquí un pequeño resbalón, el sonido y la luz se marcharon en pleno concierto, intentaron seguir con todo el apoyo del público, pero ocurrió de nuevo. Vamos a ver, Berri Txarrak tiene un público barcelonés que lo adora, así que esto no iba a ser un impedimento para seguir como si nada hubiera pasado. Tras estos dos intentos el concierto siguió y además aumentando su número de público, todo un éxito.
Con buen sabor de boca volvimos a la zona central del festival, en el escenario patrocinado por Estrella Damm donde Bastille ya había empezado hacía un rato, estaba abarrotado. Fueron subiendo peldaños en el momento en que sonó una versión de ‘Rhythm of the night’ originalmente de la gran cantante Corona. Imposible resistirse a este baile y finalmente sonó 'Pompeii’ que no podía faltar, nos dejaba ya patidifusos.
Una seductora francesa se iba a presentar en el escenario Cruïlla Enamora, hasta el nombre denominaba ya el espectáculo. ZAZ nos sedujo con sus melodías relajantes, escuchamos ‘Si jamais j’oublie’ y ‘Qué vendrá’ y estábamos un poco inquietos por si se olvidaba de un gran éxito, pero no falló ‘Je veux' que dejó redondeado el concierto.
Todos moviéndonos de un lado a otro como hormigas cuando hay comida en un rincón. Vetusta Morla, que es un blanco seguro ya en el cartel de Cruïlla, nos despertó con su magia y su maldita dulzura. Son capaces de aparecer en todas las ediciones y llenar el espacio como si se tratara de su primera vez. Para mi fue un gozo, porque tengo el placer de verlos una vez al año, cada poro de la piel agradece su música. Esta vez hasta pudimos ver a Pucho de bien cerquita, fundiéndose entre el público.
Todos nos moríamos por ver a Garbage, guerrera y punky aparecía Shirley Manson en escena, con atuendos alocados que no dejaban indiferente. Se revolcó por el suelo, hizo lo que le dio la real gana, sonaron temazos como ‘I Think I’m Paranoid’ y ‘Only Happy When it Rains’. Espectacular su potencia en escena.
Estaba casi preparado el último concierto de la noche con los británios Foals, que liaron un pipote gordo. Emprendieron el concierto con su último trabajo Everything not saved will be lost (Warner Bros, 2018) con temas como ‘On the Luna’ o ‘Sunday’. Entonces empezó su rebeldía bien escondida, Yannis Philippakis pidió un cigarro, se lanzó a nadar entre el público, daba tumbos sin parar y ya muertos en vida y con la poca energía que nos quedaba bailamos con ‘Inhaler’ y ‘Twice’. Al acabar nos fundimos con la cama, pero bien.
Sábado
Llega el último día de Festival Cruïlla, daba hasta penita, habiendo disfrutado tantísimo y que se acabara lo bueno, pero veamos, aún quedaba amor que ofrecer. Este día sería la despedía por todo lo alto. Con más de setenta y siete mil asistentes, a sabiendas que es el primer festival europeo en apostar por la experiencia del 5G. Todo un éxito, celebrando por todo lo alto estos 10 años.
Dos grandes artistas nos esperaban al empezar, así que no pudimos hacer más que dividirnos en dos ocasiones durante este día. Primero encandilarnos de ritmos africanos con Oumou Sangaré, que es un icono en cuanto a lucha por los derechos de las mujeres en África y en contra del matrimonio infantil. Así que nos dejamos llevar por sus ritmos una media hora y luego fuimos directos del escenario Time Out a Cruïlla Enamora con la samba de Seu Jorge, viajando a Brasil. Un cambio más relajante para estirarte y disfrutar porque seguidamente venía un movimiento fuerte.
El cielo estaba nublado y tenía pinta de que iba a empezar a llover, de momento aguantaba y Google decía que no llovería, así que nos fiamos. Empezaban Years & Years abrazado de sus más allegados seguidores. Era tal el momentazo, que el cielo quiso refrescarnos con su llanto, debía ser la emoción por ver a este grupazo. Cayó una buena, no lo vamos a negar, lo bueno es que a pesar de eso no nos movimos ni medio palmo, fresquitos y dándolo todo, con este calor ya nos venía bien refrescarnos. Es una oportunidad buenísima verlos en directo y escuchar 'Desire' o ‘King’ entre otras, de verdad, nos lo pasamos increíble, incluso apareció la bandera lgtbi+ y bailamos bajo la lluvia sin importar absolutamente nada más, eso sí, con la mejor compañía que podíamos pedir.
Las luces se desmayaron, ya no llovía y estaba Dorian y Michael Kiwanuka actuando a la vez, así que tocó dividirse de nuevo. Dorian tenemos que admitir que dio un espectáculo muy entretenido y con mucha interacción de confeti diverso. Por todo lo grande quedaron, para que negarlo, pero nos quedamos con el corazón agarrado por Michael Kiwanuka y su tema estrella ‘Cold Llttle Heart’ usada para la intro de la serie Big little lies (totalmente recomendada). Así nos hundimos en la ternura de su melodía, casi sin querer nos hizo estremecernos y dejarnos llevar por el amor. Aún cuando la escuchamos se nos ponen los pelos de punta.
Kyle Minogue hizo su estelar aparición cantando todos esos temazos que tanto queríamos escuchar desde ‘Slow’, ‘Can’t Get Out of my Head’ con la cual nos asustamos pensado que haría un acústico, pero no, hasta ‘All the Lovers’, la verdad que es un show que hay ver en primerísima fila. Cambios de vestimenta, show de sus bailarines y luces en el inicio sospechosamente parecidas a la bandera lgtbi+, que energía tiene, increíble. Dejó satisfechos sin duda a sus multitudinarios fans.
Vimos unos segunditos, en alguna canción que se me escapaba de las manos de Kyle Minogue a Cala Vento, que pensabamos que estaría más accesible, pero también estaba abarrotado en el escenario Radio 3, pudimos escuchar ‘Gente como tú’ y bailar un poquito antes de volver al escenario central. Son muy cañeros y nos alegramos que hubiera tanta gente disfrutándolo en vez de centrarse a un artista que mueve masas.
Llegó Parov Stelar, swing, jazz y beats electrónicos house forman el electroswing. Una oleada de bailes de un lado a otro, mucho éxtasis emocional… y un no parar de cantos y bailes pletóricos. Aquí se acaba para nosotros este gran festivalazo. Agotados ya por tantas emociones y extasiados por haber tenido la oportunidad de formar parte de esta inmersión musical.
Paralelamente, en el escenario Time Out, el público que no tenía tantas ganas de electroswing se deleitó con la voz de Jorge Drexler. El uruguayo trajo un show diferente en sonidos y prueba de ello fue, por ejemplo, una nueva versión más animada de uno de sus temas más conocidos, Todo se transforma. Jorge estuvo hace unos meses en Barcelona y cada vez que nos visita nos deja con una sonrisa bobalicona en nuestras caras.
Cabe destacar también el espectacular trabajo que realizaron La fura dels Baus, admirable la capacidad de dejar boquiabierta a toda aquella persona que observaba estas esculturas vivientes moverse, entretenimiento asegurado y alucinante forma de llevarlo a cabo. Felicidades de nuevo al Festival Cruïlla por estos 10 años y muchísimas gracias por hacernos de nuevo partícipes. Esperamos veros el año que viene con muchísima fuerza.