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09/06/2021Primer concierto en más de ocho meses. Tenía que ir al Teatro Coliseum de Barcelona. Ni idea de donde estaba aquello, así que eché un vistazo a San Google Maps para situarme. Llegué justo antes de que empezaran, y dado que había un problema técnico con la acreditación de la redactora, no sabíamos a qué pase podría entrar, ya que iban a tocar seis veces, a dos por día, en tres días consecutivos en aquél sitio. Seis Sold Out. ¿Cómo os quedáis? Porque al menos yo me quedé loco cuando me enteré.
Me dijeron lo típico que nos dicen de que sólo se pueden hacer fotos las tres primeras canciones y sin flash y me puse a la faena. Para cuando me quise dar cuenta acababan de empezar y ya estaban tocando In The End. El público empezaba a calentarse.
Sobre el segundo tema le pregunté a la promotora, en uno de los paseos de banda a banda de la platea para poder llegar a buenos ángulos para hacer fotos, si podía ejercer yo de redactor, que tengo experiencia, al darme cuenta de que cada vez era más difícil que la redactora pudiese entrar. Me dijo que echaría un vistazo y me diría algo. Al poco rato vino hacia mí diciéndome que podía quedarme. Gracias a eso tenéis crónica. Hay gestos que se aprecian.
Cuando terminé mi trabajo como fotógrafo me dispuse a subir a uno de los pisos superiores para empezar mi trabajo de redactor. Les pillé cuando estaban tocando el principio de “Tudo Bem”. Como era de esperar, aquello se convirtió en una fiesta como las que creíamos imposibles en cosa de segundos. En el escenario, esta vez en lugar de ser tres, eran cinco: un apoyo de guitarra y un apoyo en la batería. Llegado el momento había dos personas tocando la misma batería mientras Klaus era feliz tocando su ukelele.
Al fin y al cabo no “Estamos (tan) Mal”, como la canción que lleva el mismo nombre y que era una colaboración con El Kanka. ¿Otra fiesta? ¡Pues otra fiesta! Después de terminar esta canción se quedaron solos los tres en el escenario e hicieron mención al hecho de que ya se habían cargado cuatro cubos en el tiempo que llevaban haciendo conciertos, así que Guillem Boltó hizo la presentación del nuevo cubo que les acompañaría hasta que lo rebentaran de nuevo.
En un momento dado, les falló una de las pistas de las colaboraciónes que tenían y que necesitaban para poder hacerlas en un concierto, así que Klaus propuso que en lugar de poner la pista, que cantase el público la parte que faltaba. Rai le dijo a Klaus que se estaban metiendo en un berenjenal y, para sorpresa de todos, la jugada salió perfectamente.
Y, de repente, empezaron los acordes de “Al Ponerse El Sol” y yo no sé a vosotros, pero a mi me trajo una vibra de Coco (película de Píxar recomendadísima). Os voy a dejar la canción concreta AQUÍ. La imagen de los tres es realmente sobrecogedora. Decidieron no dejar la vibra sudamericana y de ahí pasaron a una vibra cubana alucinante con una canción que no supe ni reconocer, que luego pasó a convertirse en unos quejíos flamencos.
Nos explicaron que el asunto de las voces de las colaboraciones fantasma venía a que había registros que no eran capaces de asumir y no tenían más remedio que poner las pistas o no tocar esos temas en concierto.
Antes de empezar el siguiente tema Guillem menciona que igual nos están metiendo demasiado la chapa ya que estábamos ahí para escuchar música, no a ellos hablando, así como que el siguiente tema lo crearon y que ahora no paran de verlo en tiktok ya que un tiktoker les pilló el sample y lo popularizó.
Y, de repente, el tema que les dió su nombre, el tema que les hizo famosos y su segunda creación cuando todavía no tenían ni idea de hasta donde iban a llegar con su música: “Stay Homa”. Y no se limitaron a hacer la versión ni de la terraza ni del EP, hicieron una nueva versión mucho mejor trabajada. Esa vez sonaba a temazo reggae de aupa con todos los instrumentos y percusiones en condiciones. Esa rima de regalo. Tampoco podía faltar un solazo de trompeta de Klaus. Pensé que era una lástima la posibilidad de que ni se plantearan regrabarlo de esa manera.
Al terminarla, Guillem menciona que el siguiente tema es un tema pensado para el perreo pero que hasta que no terminara la pandemia tendríamos que conformarnos con un “perreo sentado”. ¿Sabéis qué? La gente no se conformó con eso.
Pero el momento más loco de todo el concierto fue cuando dijeron que se querían sentir como los Beatles y que la siguiente canción querían tocarla mientras el público gritaba cual fangirls y fanboys enloquecidos de los 60’s en Inglaterra. Todos hemos visto imágenes. Y, como era de esperar, el público no se hizo de rogar tampoco. Menudo concierto de gritos. En el Coliseum de Barcelona no se habían escuchado tantos decibelios en años.
Klaus dijo entonces que el siguiente tema era el último y que el experimento de los gritos había ido mucho mejor que en Madrid hacía unos días. Yo no asistía a un concierto así desde el concierto de L’Esperit Xai de Oques Grasses del 2014. Terminaron la canción, se marcharon del escenario. ¿Habría bises? Se apagan las luces y la gente empieza a pegar pisotones en el suelo del inconformismo. En los pisos superiores se notó como un ligero terremoto. Se encienden las luces de nuevo y suena “Les Meves Merdes”
Mirntras terminan el tema pienso que el bocadillo vegetal que va a caer cuando salga no va a tener nombre. El segundo bis fue The Bright Side, en colaboración con Josep Montero de Oques Grasses (que volvía a no estar presente). Aún así, terminar con esa canción era una guinda del pastel colosal.
Klaus fue esta vez quien hizo los agradecimientos. En ese momento sí que terminó el concierto.