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Tenía ganas que llegara este momento, Lori Meyers en la sala Razzmatazz. Este 23 de diciembre acoge la mítica sala a este pedazo de grupo que hizo un sold out merecidísimo.
Llevo desde 2010 conociéndolos y hasta ahora no he tenido el placer de escucharlos en directo, es fascinante cómo puedes hacer una canción tremendamente bailable, pero que la realidad (guiño a la canción) es que esconde un mensaje triste. Un absoluto vaivén de letras totalmente protegidas por los ritmos imparables de este grupo con propia marca y descripción.
Estuvo llenísimo de gente bailando, saltando, dándolo todo y más. Hubo momentos que incluso fue ligeramente agobiante porque no podías ni moverte, a pesar de ello, siempre hay huecos donde cada uno se sienta como en casa para disfrutar a su manera. Así que una vez localizado ese punto ¡A darlo todo!
Empezamos suave (relativamente) con ‘Luces de neon’, ‘Planilandia’ y ‘Luciérnagas’ que llegan profundamente pero no requieren de una energía incesante, es inevitable empezar a moverse a ritmo de la melodía. Aparecen colaboraciones con Manola ‘Tú ya no dices nada’ o Kora que destaco porque me hizo gracia que la llamara autóctona de Barcelona en ‘No me merecía la pena’. Había afirmado Noni que la última colaboración era con Kora y ¡no era cierto! En ‘Emborracharme’ pidió que subiera su amigo Jordi Évole y cantaron la canción, como debe ser, con una copa de vino en la mano y brindando con todos los integrantes de la banda.
De aquí en adelante viene el buen subidón. El público enloquece frenéticamente, saltando incesantemente ante las canciones más sonadas del grupo y las más cañeras. Es que veamos, ‘¿Aha han vuelto?’, ‘Mi realidad’ (canción que me hizo tremenda ilusión, fue la primera que escuché), ‘El último baile’ y ‘Alta felicidad’ Menudo final de concierto, de verdad, que manera de sudar… Menuda droga, todo el público extasiado, cantando a pleno pulmón. Que gustazo poder haber presenciado algo así y que brutal e incansable energía del grupo entero. Hay bandas que no acaban de llegar al público y aquí chapó.
