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15/03/2019Hemos tenido el placer de ver en directo a esta gran artista neozelandesa, Kimbra, que presenta su nuevo EP Songs From Primal Heart, Reimagined (Warner Bros Records, 2018), acompañada por School of X, (grupo nacido en Dinamarca, que se mostró muy agradecido de ser teloneros de esta gran artista) en Barcelona, 9 de marzo en la conocida sala Razzmatazz 2 y gracias a Cruïlla. Es imposible no conocer a Kimbra, sonaba por todas partes el famoso hit 'Somebody that I used to know', junto con Gotye, una mezcla explosiva de ambos artistas. Llegué a odiar seriamente esa canción por sonar tantísimo, ahora puedo decir que la adoro de nuevo. Ambos tienen una potencia vocal admirable . Pero vamos a dejar ese 'boom' atrás y vamos a hablar de la actual artistaza y las maravillas que nos ofrece.
Casi diez minutos más tarde de lo acordado aparece Kimbra acompañada solo por contrabajo/coro (Spencer Zahn) y piano (Jacob Bergsen). Nos invitan a una versión acústica que permite a la artista mostrarse al completo, desnuda, esto nos hace valorar muchísimo más su calidad de voz y como no, su cercanía al público. Abrió el concierto con ‘The Magic Hour’ que pertenece a The Golden Echo (Warner Bros Records, 2014). Aparece despampanante en escena, con un vestido de color oro. Nos informó seguidamente que iba a cantar una canción de la gran Nina Simone ‘Plain Gold Ring’ y aquí empieza la demostración clara de su tremendo potencial.
Se muestra muy amable y agradecida ‘estoy muy contenta de estar aquí, en Barcelona, espero que os guste’, decide cantar ‘The Good War’ y aprovecha para explicarnos que ella nació en Nueva Zelanda pero se fue a vivir a América, eso le hizo pensar en la guerra, haciéndose preguntas sobre ella y que constituye una buena guerra. En este concierto nos muestra sus entrañas, aprovecha (tal vez) el espacio reducido en el que con suerte se le juzgue en menor cantidad y expresa a este contado público lo que le pasa por la cabeza e intenta exponer un poquito qué significa para ella cada canción. Es adorable, aprovecha para que el público interactúe con las melodías, incluso que cantemos, como plus para acabar de conquistarnos tuvo el detalle de hablar castellano siempre que se podía.
Se vuelve a notar este momento de cercanía y sinceridad en ‘Lightyears’, ‘lo escribí en un momento difícil de mi vida, desde el tormento del pasado’. Se montó un buen final con ‘Cameo Lover’ y todos a mover ese cuerpo. Sinceramente me sorprende que no se llene la sala, a pesar de no ser muy grande, me parece una gran artista con una voz envidiable. Se disfruta mucho su directo, con más razón la sorpresa. También hay que admitir que se agradece de vez en cuando esta oportunidad de ver y tener espacio vital para disfrutar con más tranquilidad.