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19/11/2024El pasado domingo 8 de diciembre, tuvimos el placer de poder asistir al concierto que King Hannah ofreció en la Nau, con Joe Gideon teloneando a la banda. El dúo de Liverpool formado por Hannah Merrick y Craig Whittle, venía a presentar su segundo álbum “Big Swimmer”, publicado el pasado mes de marzo de este año y que ha sido aclamado de manera unánime. Y los elogios son bien merecidos. Es una delicia repleta de luz y oscuridad a partes iguales. Según el mismo Craig, las canciones más románticas y suaves son de él, y las que tienen que ver con la rabia y la furia son de Hannah. Y esa dualidad define a la banda, y les funciona. El necesario equilibrio entre los opuestos. Que no siempre es fácil de mantener, pero de momento, lo están consiguiendo.
Ya hacía un par de años de su última visita a la ciudad de Barcelona. En esa ocasión vinieron a presentar su también celebrado álbum debut " I'm Not Sorry, I Was Just Being Me" (2022). Por aquel entonces, se habían dado a conocer con una versión de la canción “State trooper” de Bruce Springsteen, un bonito tema que, sin duda, ellos elevaron y embellecieron, con todos mis respetos hacia The Boss. Después siguieron con la presentación de su primer disco con una gira por los Estados Unidos. Ése viaje lleno de contrastes fue el combustible ideal para la creación del segundo disco. Anotaron muchas impresiones e historias vividas que acabaron convirtiéndose en canciones. En realidad, hicieron una banda sonora de su viaje, una especie de álbum de fotos musicales. Así que la gira americana marcó por completo el segundo álbum y, quizá por este motivo, el disco tiene algo de Road movie. Por todo ello, hay que escucharlo entero y por orden, al menos una vez. Aunque es imposible hacerlo solo una. La voz de Hannah, de susurros suaves y arrastrados, y las recreaciones guitarrísticas de Craig, seducen la escucha y te atrapan.
Era una fría noche la del domingo, y la Nau se fue llenando poco a poco. El encargado de ir calentando la sala era Joe Gideon, acompañado por el músico John J. Presley. Joe es un personaje curioso que, a medida que avanzaba en el repertorio, consiguió ganarse al público, cada vez más abundante. Con un estilo muy personal, muchas dosis de surrealismo poético, mucha guitarra estridente, sintetizadores, teclados y aullidos a la luna incluidos, Joe y John consiguieron su cometido; que la esperada banda King Hannah saliera al escenario con la sala abarrotada, la temperatura más elevada y un sold out de última hora.
Como era de esperar, el concierto se centró en el segundo álbum, que tiene un cierto aire atemporal, de folk renovado con altas dosis noventeras y muchas influencias estadounidenses, donde las guitarras y la voz sin filtros son los protagonistas absolutos. Sus directos crean un clima más bien íntimo, silencioso, hasta introspectivo. Comenzaron con el tema “Somewhere Near El Paso”, una canción que está inspirada, en palabras de Hannah, en un motel espantoso en el que se hospedaron en Philadelphia, cerca del aeropuerto, donde había máquinas cutres de vending y manchas de sangre en la pared. Le siguieron las canciones “The Mattress”, “Milk Boy (I Love You)” y “Go-Kart Kid (Hell No!)”. Y por fin el tema “John Prine on the Radio”, homenaje al cantante de country, una canción preciosa que te balancea lentamente el pensamiento y lo calma. En la versión de estudio, Hannah usó una pequeña guitarra Gibson acústica muy vieja para sonar como John Prine. Un exquisito detalle.
Siguió el setlist con “Suddenly, Your Hand” y otros dos de los grandes temas del álbum “New York, Let’s Do Nothing” y “Davey Says”, seguramente los más bailables. Y a continuación otro gran tema ya mencionado “State Trooper”. En este punto de la noche, el público ya estaba en conexión total con la banda. Le siguió “Crème Brûlée”, el tema preferido de Hannah.
Dejaron para el bis la canción de “Big Swimmer”, el gran hit que le da nombre al álbum, una esperanza melancólica dónde la premisa es, según Craig, la de nunca dejar de nadar, nunca dejar de intentarlo. En el tema del disco participa Sharon Van Etten, que grabó sus voces en el garaje de su casa en Estados Unidos y las mezclaron en el estudio de Ali Chant en Bristol. Acabaron la noche con un último tema lanzado muy recientemente “Blue Christmas”, otra bonita versión, esta vez de una canción de Doye O’Dell que, a nuestro entender, también mejora a la original. O será que nos gusta demasiado King Hannah como para no preferir sus covers. Un cierre muy adecuado para las cercanas fechas navideñas.
Es necesario destacar que esta banda tiene un directo impoluto. Y esto es consecuencia de haber grabado el segundo disco en el estudio del técnico y productor Ali Chant (también productor de PJ Harvey o Aldous Harding entre otros), que es un buscador de sonidos naturales, crudos, sin artificios. No usaron apenas plugins en la mezcla, parece ser que el sonido del álbum está casi tal cual lo grabaron, con un resultado muy cuidado y auténtico que se replica y disfruta en el directo. Es por ello que los asistentes pudimos sumergirnos de lleno en el disco, con Hannah y Craig a tocar de nosotros, sintiendo su energía y siendo parte de ella. Fue una maravilla auditiva. Al final del concierto, todos los ahí presentes, habíamos purgado un poco nuestras almas.