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13/11/2024Este fin de semana nos fuimos de aniversario al Sant Jordi Club y es que resulta que Guille Milkiway y sus compañeros de la banda La casa azul cumplían 25 años encima de los escenarios, hoy en día que un grupo musical pueda celebrar tantos años de carrera encima de la tarima significa que lo que están haciendo, lo están haciendo bien.
Sus letras inspiradas en el amor, melancolía, desamor, y de superación personal acompañadas de un ritmo disco de los años 70/ 80 hace el estilo de sus canciones muy especial con el que logra encandilar al público de todas las edades, y estoy seguro que no hay fiesta en la que no suene alguno de sus éxitos más famosos.
Acostumbrados a hacer conciertos en festivales o diferentes eventos, La casa azul se marcó un conciertazo de dos horas y media en el que el público se entregó por completo en cada una de sus canciones, servidor incluido. ☺
Eran las 21.00h cuando se ponía a cero el crono que iba descontando los minutos que quedaban para el inicio del espectáculo como se ve últimamente en otros artistas. La entrada de los artistas fue muy visual y luminosa ya que todo el escenario estaba formado por diferentes pantallas de leds que nos acompañaron toda la noche proyectando gráficos y fotografías a todo color. Muy chulo la verdad.
Comenzaron el espectáculo con Chicle cosmos que particularmente es una de mis favoritas de la banda, seguida de 32 canciones (Ataraxia, Prometo no olvidar, Podría ser peor, entre otras).
En varios momentos Guille (el cantante del grupo) quiso agradecer tanto al público como a diferentes componentes de la banda el hecho de estar a su lado en momentos un poco complicados por los que había pasado con la canción La gran esfera, y dejando de un lado la parte más emotiva y melancólica del concierto, sigo con lo que pude vivir allí, solo pensarlo se me dibuja una sonrisa en la cara, y es que era una gran fiesta, buen rollo, diversión… cuando se disparaban los cañones de fuego y de humo el público se volvía loco, pero es que cuando se disparaban los de confeti, no digo nada más, os podéis imaginar.
Supieron controlar la efusividad de la gente desde el inicio hasta el final del concierto, y como último “chute” de La casa azul, dejaron para el final uno de sus éxitos más conocidos La revolución sexual y Nunca nadie pudo volar… era de esperar que la gente se volvería loca, está claro que está muy bien que sigan tocando en festivales pero hay que decir que un concierto para ellos solos en un gran recinto como el Sant Jordi Club de Barcelona tampoco se quedan cortos, recordando que hicieron un sold out merecidísimo.
Enhorabuena chicos, por otros 25 años dibujando sonrisas y creando buen rollo.
Autores de la crónica
Pitu Sitges
Profesional del fitness y un loco apasionado de la moda y la música, soy un disfrutón y me encanta ver feliz a la gente. Los estilos musicales con los que más me identifico son el Pop y todas las vertientes del techno, aunque me gusta escuchar de todo, creo que hay canciones para todo tipo de situaciones.