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22/05/2023Nuestro querido Palau Sant Jordi se viste de fiesta, aquí llega Lola Índigo con sus mejor cara, fuerte, imbatible y sobretodo imparable. Este 13 de mayo ha sido una sopresa grata para nuestro cuerpo. Sale nuestra artista de su caparazón ante un público sediento de fiesta, este público agradecido se marca un sold out más que merecido.
Sabemos que Mimi es todo un espectáculo en directo con sus bailes imparables, su manera de transmitir una bondad evidente, se nota muchísimo este resultado basado en trabajo constante, sufrimiento y esperanza. Abre el espectáculo con ’Animal’ que forma parte de su nuevo disco, recién salido del horno, El Dragón (Universal Music Spain, 2023). Empieza fuerte la noche, junto a su grupo inseparable de bailarines, con un nivel de compenetración en el que es irremediable notar como las pupilas se dilatan de puro placer visual.
Sinceramente, merece la pena ver un espectáculo de este calibre en directo, ya que no desafina ni un milímetro a pesar de estar bailando de un lado a otro sin mostrar ningún signo de fatiga. Cada canción venía con una remezcla distinta de canciones a ritmo de reggageton, disco (basada en los 80’) y un ligero tecno. Todo compuesto con muy buen gusto, de tal manera que perfectamente congeniaba con los ritmos de cada canción. Esto crea un juego mucho más dinámico y activo en el público. Cómo no moverse a ritmo de ‘papi chulo’ justo en su canción ‘Discoteka’.
La estimulación era incesante, una tras otra, cantaba las canciones casi sin dar un respiro para asumir toda la bomba que estábamos masticando, era un no parar, una clase de zumba en toda regla. Hasta con ‘La tirita’ tu cuerpo se dejaba llevar como poseído por este desenfreno de energía. Seguido de ‘La niña de la escuela’ es evidente que hay una preferencia por esta canción y se escuchan al unísono los cánticos entre público y cantante.
Empieza a calentarse más el ambiente, con fuegos salidos del mismo calor que produce, ‘4 besos’ está todo claramente pensado para que las sensaciones se dejen llevar, los sentidos y el cuerpo dejan de preocuparse por dar paso a este disfrute imparable.
Una animación en la pantalla central hace que te adentres en el mundo digital, un guiño muy acertado, dado que ahora mismo estamos empezando a dejar de lado el mundo físico para dar paso a una nueva era, únicamente a consumo digital. Aparece como salida de la pantalla para dar paso a ‘Dragón’ donde unas alas caen del cielo para darle forma de dragón y elevarla al cielo dándole una performance impecable y sin desafinar ni un ápice.
Aquí llega un momento que me pareció encantador, Mala Rodríguez llega para cantar ‘Mujer bruja’, no es la única invitada, Luna Ki también nos hará vibrar a ritmo imparable. Canciones que no podían faltar como ‘Las solteras’, ‘Trendy’, ‘La santa’, ‘Yo ya no quiero na’ (iniciado a capela con el público).
Ha llegado el momento de hablar del final que tanto se esperaba, las colas de gente en la entrada hablaban de una sorpresa inesperada. Al empezar el show también advirtió que haría algo que nunca se había hecho en ningún espectáculo. Las expectativas iban aumentando, la ilusión por la sorpresa. De repente, sale disparada del escenario y todo el mundo empieza a mirar a su alrededor en busca de esta gran artista, que no aparece. Vemos todo el transcurso de su recorrido en la pantalla central, estaba caminando hacia el escenario de Quevedo que estaba actuando en la sala contigua (Sant Jordi Club) dejándonos observando la pantalla como cantaba ‘El tonto’… Así nos quedamos un poco, al ver que no era reciproco y no aparecería Quevedo en nuestro escenario para cantar junto a Lola Índigo.
Estábamos un poco confusos, aunque aún nos quedaba esperanza de que apareciera. Acabó la canción en la sala contigua y se encendieron las luces, se esfumaron las esperanzas. Una pequeña parte del público empezó a marcharse un tanto enfadada. Apareció unos minutos más tarde para decir adiós a los que esperaron, de una manera bastante breve. Las intenciones eran buenas, de eso no cabe duda.
Tengamos en cuenta que un pequeño momento de shock no quita lo buenísimo que fue el concierto, eso es indudable. No es tan importante el final, sino el camino recorrido.