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14/06/2024El pasado domingo 9 de junio revivimos el rock de los 90 de la mano del cuarteto, convertido en sexteto para esta ocasión, que forman la banda mexicana Maná quienes dieron el pistoletazo de salida de su gira por territorio español gracias a “México Lindo y Querido Tour” y que llenó el Palau Sant Jordi de mucha música, recuerdos, nostalgia y un gran espectáculo.
Los de Jalisco, catalogados como el grupo de rock en español más influyente de todos los tiempos, lleva más de 40 años ofreciendo enormes espectáculos con auténticos hits entre los que se encuentran “Rayando el sol”, “Labios compartidos”, “Clavado en un bar” o “En el muelle de San Blas”, canciones convertidas en himnos y que son totalmente reconocibles por diferentes generaciones.
Hacía ya siete años que la banda de Guadalajara no pisaba territorio español y nueve que no lo hacía en la ciudad condal, y la verdad es que volvió por todo lo alto, con muchas ganas y una enorme energía. En un show que duró algo más de dos horas, demostraron que no es necesario sacar temas nuevos para llenar y hacer vibrar a todo un estadio multicultural.
Pasaban algo más de quince minutos de las nueve de la noche y, tras unos teloneros que venían de tocar en las calles con un público que no pasaba de la veintena de espectadores, se apagaron las luces del Sant Jordi para, seguidamente, empezar a escuchar los primeros acordes del mítico tema “Manda una señal” con el que dieron inicio al show. En el escenario, llamaba la atención una pasarela por la cual Fernando Olvera iba utilizando para acercarse a su público y la enorme batería que se plantaba justo en el centro del escenario con la que el majestuoso Álex González hizo magia con sus baquetas durante toda la noche.
Pronto Fher, que es como se le conoce de manera más coloquial al cantante, tomó la palabra para soltar un “¡Cómo les extrañábamos!”, y un “Hoy te quiero más que siempre… Barcelona” jugando con la letra del mítico tema “De pies a cabeza”. El espectáculo continuaba con otro de sus grandes éxitos, “Corazón espinado”, recordando al gran Santana y con el que consiguió una de las primeras ovaciones de la noche. La banda seguía enlazando hits y “Labios compartidos” fue la siguiente, una canción con la que contó su historia de amor a tres bandas hasta llegar a uno de los primeros momentos mágicos de la noche. Sin a penas darnos cuenta y mientras Fernando hacía un llamamiento a la UE por poner más conciencia ante la contaminación del planeta, apareció un enorme elefante inflable por uno de los laterales del escenario que sirvió para dar inicio a su tema “¿Dónde jugarán los niños?”, canción con la que realiza una reflexión sobre la utilización de los recursos naturales.
La noche pasaba, pero la voz, la energía y la música de Maná no decaía. Con “Vivir sin aire” vimos a Fher por primera vez tocar la armónica, con “Mariposa traicionera” brindó con el público y dedicó el tema a las mujeres que viven aquí y con “Oye mi amor” jugó e invitó al público a cantar con ellos para acabar tuneando el tema improvisando el reggae de Bob Marley y Peter Tosh “Get up, stand up”. Fue al finalizar esta versión cuando aprovecharon para desaparecer del escenario y dar total protagonismo a Álex. Este fue otro de los momentos estelares de la noche cuando el batería de Maná, uno de los pilares fundamentales de la banda, ofreció un enorme recital de algo más de 10 minutos con un solo de batería apoteósico. Le pudimos ver disfrutar haciendo malabares con sus baquetas, tocando de espaldas esa potente caja y ofreciendo un sinfín de ritmos y beats increíbles a sus cincuenta y pico años, pero disfrutando como si fuera un veinteañero.
Pasaba la primera hora de concierto y, tras la enorme exhibición del baterista, en el fondo del Palau Sant Jordi se iluminó un pequeño escenario secundario tipo ring de boxeo ambientado con unas luces tenues con el que la banda quiso ofrecer un pequeño recital a modo acústico interpretando, entre otras, rancheras tales como “El Rey” de Jose Alfredo Jiménez. Pero no solo ofrecieron versiones típicas de su tierra, sino que además, aprovecharon ese escenario para interpretar “Te lloré un río”, una de las canciones favoritas del cantante o un emocionante “Reloj Cucú” que fue dedicada a todas a esas personas que se han marchado para convertirse en estrellas. Este mini concierto lo finalizó invitando a una fan venezolana a subirse al escenario para dedicar “Tú eres mi religión” y que sirvió para hacerle saber a Fher que existe otra ciudad en el mundo llamada Barcelona situada justo al otro lado del charco.
Tras este mini repertorio, la banda volvió a subirse al escenario principal para interpretar “El muelle de San Blas” con la que consiguió otra explosión de júbilo por parte de los allí presentes. Con el público totalmente rendido a sus pies enlazaron “Clavado en un bar” canción con la que acabó exhausto tumbado en la pasarela. Con el ritmo de este tema, Fher aprovechó para ir presentando uno a uno a los componentes del grupo (Juan Carlos Toribio al teclado, Héctor Quintana a la percusión, el tímido Juanito al bajo, Sergio Vallín a la guitarra solista, el enorme Álex González a la batería y el gran Fernando Olvera a la voz) y fue con este temazo y con un “Buenas noches Barcelona, Latinoamérica, México y bona nit” con el que se despidieron en un primer momento.
Después de varios minutos y con un público totalmente entregado a la banda pidiendo otra canción, aparecieron nuevamente encima del escenario para interpretar “Rayando el sol”, tema con el que quisieron poner punto y final al concierto añadiendo un espectáculo de luces, confetis y globos gigantes. Fher realizó un último discurso de agradecimiento, incluyendo un “Cómo canta Barcelona, están bien cabrones”.
Maná inicia la gira por España por todo lo alto, con un espectáculo digno de presenciar y con el que te hace volver a esos años en los que la música y el rock sonaban en todas las radios y locales de todo el mundo. La banda mexicana es de las pocas capaces de realizar un enorme concierto de dos horas y llenar hasta los topes un lugar emblemático como es el Palau Sant Jordi de Barcelona y por donde pasan los más grandes artistas musicales sin la necesidad de sacar temas nuevos. Aunque los “gringos” paguen más, seguid recordándole a vuestro representante que Barcelona es una de las paradas imprescindibles para futuras ocasiones. Larga vida al rock y larga vida a Maná.
Texto de Manel Rejano