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25/06/2024Bruce Springsteen & The E Street Band se encuentran nuevamente girando por los estadios más importantes de los Estados Unidos y Europa con su “2024 WORLD TOUR” que dio inicio el pasado mes de marzo en Phoenix y que ha aterrizado en España este mes de junio con tres conciertos en Madrid y dos en Barcelona.
Tras la exitosa gira del pasado año y tan solo 13 meses después de que el jefe pisara la capital catalana por última vez, volvió a la montaña mágica de Montjuïc para ofrecer dos nuevos y modificados recitales llenos de música, recuerdos, emociones y mucho rock que pudieron disfrutar algo más de 120.000 espectadores que pasaron por el Estadi Olímpic Lluís Companys.
Pocos artistas actuales son capaces de realizar shows musicales de más de tres horas, con una treintena de canciones, llenando hasta la bandera estadios y capaz de atraer a diferentes generaciones con auténticos hits atemporales. Con más de 50 años encima de los escenarios junto a su icónica y reconocible banda y recuperándose aún de una dolencia vocal, “el jefe” se puso sus mejores galas para ofrecer al público catalán un show espectacular.
A pesar de que, para la gira el setlist del artista está totalmente estudiado, lo cierto es que siempre hay cambios, sorpresas e improvisaciones cuando actúa varios días en una misma ciudad. Este fue el caso de los dos espectáculos ofrecidos la semana pasada en Barcelona, una parada imprescindible que le asegura el éxito al artista de Nueva Jersey.
Pasaban algo más de diez minutos de las nueve de la noche del pasado sábado 22 de junio, en el enorme escenario presidían la bandera americana a un lado y la senyera catalana al otro, el cielo de la montaña mágica amenazaba tormenta, una lluvia que curiosamente se desvió cuando fueron apareciendo encima del escenario uno a uno todos los miembros de la E Street Band para, seguidamente, dar paso a la estrella americana quien dio inicio al concierto con mucha energía repitiendo en diferentes ocasiones sus míticas frases en catalán “Hola, Barcelona” y “Com esteu?”.
Elegante, con camisa remangada, corbata, chaleco y su mítica “Fender Squier” inició el concierto entonando “My Love Will Not Let You Down” seguido de “Lonesome Day”, un primer cambio de orden respecto al primer concierto que ofreció el pasado jueves 20 en la capital condal. Los temas iban sonando uno tras otro sin parar, su voz iba mejorando con cada tema que cantaba y hay que mencionar que el cantante no paró ni un solo momento de tocar, cantar y acercarse al público con el que interactuó muchísimo durante toda la noche teniendo diferentes detalles como, por ejemplo, el regalo que le hizo a una niña dándole su armónica.
Pronto llegó otro de los cambios, la introducción dentro del repertorio de “Darlington Country” un tema incluido en el álbum del 1984 “Born in the USA” y que cumple 40 años. Pocos instantes después, llegó una de las primeras sorpresas de la noche, tras interpretar “Working on the Highway” invitó a Jay Weinberg, hijo del baterista de la E Street Band y ex baterista de la banda de metal alternativo SLIPKNOT, a tocar un brutal “Radio Nowhere”. Una invitación que por cierto la anunció como “el fill d’en Max”.
El núcleo del concierto, con canciones como “Atlantic City” o “Spirit in the Night” sirvieron para unir aún más si cabe, al artista con su público, ofreció momentos más reflexivos con la clásica “The River” y una interpretación acústica de “Last Man Standing” con subtítulos en catalán que se podían ver en las dos enormes pantallas ubicadas a ambos lados del escenario. La icónica canción "Backstreets" con un brillante Roy Bittan al piano fue seguida por una interpretación animada de "Because the Night" con un solo de guitarra impresionante e impecable que emocionó al público. Todo esto con un sonido que continuamente se mantenía en un nivel excelente. Cabe mencionar que Bruce secundado por un icónico “Little Steven” y su banda, con secciones de viento, coristas, pianos, tres guitarras y violines, tienen un sonido claro y brutal que pocos grupos de estadio logran conseguir.
Tras algo más de dos horas de concierto, hubo un tramo final impactante: una enérgica interpretación de "Wrecking Ball", la inspiradora "The Rising", la clásica "Badlands" y la infalible "Thunder Road" con la que hicieron un primer amago de finalización del evento saludando al público junto a toda la banda.
Sin apenas darnos cuenta, varios minutos después de que se apagaran las luces del escenario, Bruce no perdió el tiempo y volvió a gritar "one, two, three, four" y los grandes focos de luz blanca del estadio comenzaron a encenderse. Se acercaba el instante más grandioso de la noche, el momento de mayor conexión con el público. Todo comenzó con "Born in the USA", con el estadio completamente iluminado y la multitud rendida a sus pies. Desde ese instante, teníamos claro que el desenlace se acercaba, sin embargo, la pasión y la fuerza en el escenario no decaía ni un solo instante enlazando temazos como “Born to run” donde se pudo ver el gran vínculo que tiene Bruce con Jake Clemons, saxofonista y sobrino del añorado “The Big Man”, “Bobby Jean” y “Dancing in the night”, un tema que evocó recuerdos mientras sonaba la melodía inmortal y con la que aprovechó para presentar uno a uno a todos los integrantes que le acompañan en esta memorable gira.
Seguidamente, entonaron un animado "Twist and Shout" que enloqueció a la multitud y donde pudimos ver como “The Boss” se despojó de su chaleco. Justo cuando pensábamos que la noche había llegado a su fin, nos sorprendimos con un inesperado "Glory Days" apoteósico con el que creímos que cerraría el show con todos los integrantes tocando al filo del escenario. Posiblemente animado por el público y totalmente improvisado, cuando algunos de los espectadores ya abandonaban el recinto, Springsteen apareció totalmente solo con una guitarra acústica con la que, tras entonar un “us estimem”, interpretó una emocionante “I'll See You in My Dreams” con un estadio totalmente a oscuras y entregado al artista poniendo, esta vez si, un punto y final brillante.
Más de cincuenta años de carrera musical, un repertorio único de Rock and Roll que no deja a nadie indiferente y un show de más de 180 minutos que se hacen cortos para todos aquellos melómanos que aman este género. Los años van pasando y, aunque hay quien dice que puede que sea una de las últimas actuaciones en Barcelona, la representación del rock y el espectáculo se seguirá llamando Bruce Springsteen & The E Street Band.