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Era una noche cálida en Barcelona cuando el reloj marcaba las 22:10. La segunda edición del Festival Nits de Pedralbes se inauguraba con una banda cuya trayectoria se remonta a la era dorada del pop rock y la new wave. Pretenders, en su versión más reciente, subieron al escenario ante una audiencia que delataba su amor por la música que marcó las décadas de los 70 y 80. La media de edad de los asistentes era testimonio de la longevidad y el impacto de esta banda anglo-estadounidense.
El concierto arrancó con fuerza con "Losing My Sense of Taste". Los riffs de guitarra marcaban el estilo rockero característico de Pretenders, con una poderosa presencia escénica que evocaba el espíritu setentero. La banda, compuesta por Chrissie Hynde, la incansable fundadora, junto a Kriss Sonne en la batería, Dave Page en el bajo y James Walbourne en la guitarra, demostró que el legado musical sigue vivo a pesar de la pérdida de los miembros originales.
Con una cálida bienvenida, Chrissie agradeció al público por estar allí y siguieron con "Turf Accountant Daddy". La conexión entre la banda y los fans era palpable, reforzada por la energía de la guitarra de Walbourne, cuya soltura en los riffs hacía sentir que el tiempo no había pasado.
El ambiente se volvió más íntimo con "Kid", un tema que resonó profundamente entre los asistentes. Chrissie, siempre carismática, preguntó al público: "¿Están conmigo chicas de BCN?", lo que desató una oleada de gritos y aplausos. La banda continuó con "Message of Love" y luego sorprendió con los toques reggae de "Private Life", donde los sonidos hipnóticos y los solos de guitarra capturaron la atención de todos. A pesar de los años, la voz de Chrissie se mantenía firme, manejando con maestría los matices sin forzarla.
"Vamos a tocar todas las canciones antiguas pero no todas de golpe", anunció Chrissie antes de lanzar "Back on the Chain Gang", que encendió aún más al público. Siguió con "Hymn to Her", un clásico que hizo que la audiencia vitoreara mientras Chrissie interpretaba solo con su voz, acompañada por el bajo y la guitarra de fondo.
La atmósfera se animó notablemente cuando pidieron al público que cantara junto a ellos en "Don't Get Me Wrong". La audiencia, hasta entonces disfrutando de los temas más tranquilos, se levantó de sus sillas, sumergiéndose en la energía del rock and roll.
Con "Day After Day", Chrissie mostró su habilidad con la pandereta, mientras Walbourne se ganaba el corazón del público con su destreza en las cuerdas. Continuaron con "Thumbelina" y la potente "Let the Sun Come In", antes de tocar "Vainglorious" y "Time the Avenger", que culminó con un espectacular solo de guitarra.
"I'll Stand by You", un himno clásico de la banda, resonó profundamente entre los presentes. Chrissie, con maracas en mano, infundió un toque rockabilly en "Break Up the Concrete", y luego volvió a la guitarra con los sonidos ochenteros de "Up the Neck". La intensidad aumentó con el punk de "Bad Boys Get Spanked".
La batería marcó el inicio del clímax del concierto con "Middle of the Road". El público coreaba y bailaba, disfrutando del momento cumbre de la noche mientras Chrissie tocaba la armónica. La banda agradeció y abandonó el escenario, pero el clamor del público los trajo de vuelta.
El bis comenzó con una emotiva versión del tema de The Kinks, "Stop Your Sobbing", con todo el público de pie. Finalmente, cerraron con "Mystery Achievement", dejando una estela de aplausos y vítores que resonaron en el Palau Reial. Pretenders demostraron que su música y legado siguen siendo tan relevantes y poderosos como siempre, ofreciendo una noche inolvidable en el corazón de Barcelona.