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19/02/2025El miércoles 12 de febrero fue una noche de buen Jazz en La [2] de Apolo. A pesar de la lluvia persistente, la saxofonista londinense Nubya Garcia, congregó a un buen número de personas expectantes por vibrar con su talento. Representante de la nueva escena del jazz británico, vino a Barcelona de la mano de Primavera Tours, a presentar su segundo y último álbum de estudio “Odyssey”, un exquisito trabajo que ha sido nominado al Mercury Prize a mejor álbum británico del año. Se le ha recriminado que quizá sea un poco elitista por utilizar composiciones muy elaboradas en comparación con su anterior trabajo. Pero esta odisea que nos presenta, es la culminación de una evolución personal y musical de fusión de estilos e intercambios creativos, que ha ido entrelazando a lo largo de los años en su Camden natal. Y es Jazz, pero también es música clásica con la incorporación de una orquestra, y es R&B, y Dub y todo lo que le apetezca incluir y expresar a Nubya Garcia, sin complejos.
Es un álbum ambicioso, con un proceso creativo muy elaborado durante largo tiempo, con la intención de “crear un sonido más grande” según palabras de la propia artista, de un alto nivel de composición y técnica con la que Garcia ha querido experimentar, autoexplorar y autoestudiar para enriquecer y romper sus propios límites. Y ha creado un complejo viaje sonoro, con una narrativa conceptual que va atravesando diferentes estados anímicos a medida que avanzan los temas, todos con su propia intención compositiva y de significado, hasta culminar el proceso interno y musical con el tema “Triumphance”, donde resume de manera maravillosa el significado de la odisea que es cada una de nuestras vidas. “Tu viaje es tuyo, lleno de giros y vueltas. Conocerás a gente por el camino que llegará a conocerte, las diferentes partes de tu alma. Muchas energías en el mismo cuerpo, mientras creces, sueñas, amas, vives. Experimentas tantas cosas en esta odisea que llamamos vida”. La vida es una evolución constante, igual que lo ha sido el camino de ésta magnífica saxofonista y compositora que ha tenido que luchar, crecer, encontrar su manera de expresarse, y hacerse un lugar en la escena del nuevo jazz británico. Nos encontramos ante un panorama jazzístico renovado gracias a figuras exploradoras como ella.
Ni la lluvia ni el poco glamur de la sala, desmereció el delicado y brillante trabajo de los músicos. Como pasa con los días lluviosos, el público siempre llega tarde, y la sala se llenó los últimos diez minutos, a los que se añadieron otros 20 que quizá eran de cortesía por los posibles imprevistos de movilidad que el agua genera en ciudades como la nuestra, más preparada para el sol. La espera se hizo larga, pero mereció el tiempo invertido. La artista vino acompañada de una excelente banda que arropó de manera impecable a Garcia durante poco más de una hora de concierto reposado, con algún que otro arrebato de genialidad celebrado por el público. Como todos esperábamos, sonaron los temas del álbum, todos ellos adaptados a un directo sin tantos recursos como en la versión de estudio, que cuenta con un elenco de voces colaboradoras de alto nivel, y una orquestra que, lógicamente, no estaban en el concierto.
Y nos deleitaron con bellas versiones de su propio trabajo, cómo el tema “Odyssey”, que da nombre al disco, o la canción que cierra el arduo recorrido, “Triumphance”, o “We walk in gold”, que funciona igual de bien sin la orquestación de la versión de estudio. El concierto resultó ser una versión reducida y deliciosa del álbum grandilocuente y épico, pero que no por ello redujo la calidad de los temas.
La artista aprovechó la ocasión para dar las gracias sinceras al público, por comprar sus discos. Pero sobre todo por estar ahí, por haber tomado la decisión de gastar su dinero (ni más ni menos que 36 eurazos) en una entrada para escucharlos, consciente de que, en los tiempos difíciles en los que estamos, un gasto así no es nada menospreciable. Y hasta bromeó del mal tiempo que siempre ha encontrado en la ciudad condal. Tres veces que la ha visitado y siempre ha sido lloviendo, dijo entre risas. Se preguntaba si no sería ella la que llevaba la lluvia consigo. Esperemos que no sea así, y que la próxima vez que nos visite, pueda disfrutar de alguna de las tradiciones locales, cómo puede ser tomar un buen vermut (o lo que le plazca) en una bonita terraza soleada en buena compañía.