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05/03/2025El cantante, compositor y poeta chileno Manuel García nos mostró el jueves 13 de febrero en la mítica sala “La Paloma” que la trova está más viva que nunca. Con una carrera que abarca más de dos décadas, su obra se distingue por una sensibilidad lírica y musical que lo ha establecido como una de las figuras más importantes de la nueva trova chilena. Su dilatada trayectoria cuenta a su haber con dos álbumes “Pánico" y "Acuario", y colaboraciones con artistas de renombre como su coterránea Mon Laferte y la española Rozalén.
En el marco de su gira “Pánico”, nombre en honor a la conmemoración de los 20 años del álbum, Manuel García hacía gira por Estocolmo y continuaba por el sur de Europa, pasando por Barcelona y después por Madrid. Para el artista, las tierras catalanas han sido una parte muy especial durante su trayectoria, como veremos más adelante a lo largo de esta crónica.
El concierto se dividió en cuatro partes que el artista describe como: “Bienvenida y trova”, “Amor, dulce amor”, “Las Raíces” y “Los cantos de ida y vuelta". La primera parte fue un instante para rememorar algunos viejos clásicos como “Tanto creo en ti” y “Témpera” que lo hicieron más conocido en los inicios de su carrera musical. La segunda parte, fue sobre historias de amor y desamor que tratan temas como “Tu ventana” y “La Aguja”. La tercera parte, rememoró las raíces de la música y cultura popular chilena, cantando temas emblemáticos como “Te recuerdo Amanda” (de Víctor Jara). La última y cuarta parte (antes de los bises), estaba dedicada a la gente que ha ido conociendo a lo largo de su carrera musical, sonando temas como “Palomita de Mar”.
Había grabado “Pánico” cuando conoció a Manel Montañés quién le ayudó a abrirse camino en el mundo internacional de la música con la invitación a participar en el Festival de Vic, recordaba. Siempre en Chile hemos admirado la cultura española, la lengua y también algunos instrumentos que hemos adaptado a nuestro folclore con raíces indígenas, comentaba refiriéndose a su guitarra. Remarcaba también el profundo agradecimiento hacia la Cataluña profunda quien le vió en sus inicios y que le regaló uno de sus instrumentos más preciados: su guitarra, que él trata con una sensibilidad y cuidado como si fuera un “arbolito” cuyo material sufre con el frío (que al haber estado en países fríos antes en su gira, se había resentido un poco al llegar a un país más cálido).
Mi camino artístico no ha sido solitario, he encontrado almas en mi camino que me han acompañado, decía antes de invitar al escenario a Bruno Esteban a tocar “La aguja” (tema en colaboración con el Kanka). Con Bruno, reconoce una profunda conexión que habían creado durante una gira en donde hacían un dueto de guitarras, pero que desafortunadamente se lo había arrebatado “El circo del Sol”. Ambos terminan en un dueto de guitarras con una ovación total del público asistente hacia el final del tema.
Después de más de 1 hora de concierto, a petición del público vendrían los bises, ocasión en que Manuel invita a la artista española-cubana Mar Lage, a quien él considera una sobrina artística y una gran revelación, para interpretar sin mucho ensayo previo la canción “Mejor sin tí”.
Hacia el final, terminaba interpretando solo el tema “El canto de las libélulas”, una canción que él dedica a una pareja muy especial: Sofía y Puncho, quienes están presentes en la sala. Al terminar el tema, amplía su agradecimiento a todos los asistentes y a todo el equipo que ha hecho posible el concierto.
Terminamos esta crónica, rematando con la frase final de Manuel: “Amo Chile, amo Cataluña y viva la humanidad, vamos pa`lante”, como una invitación a abrazar lo mejor de ambas culturas, su hermandad y apreciar sus raíces que constituyen nuestra identidad folclórica y lo que podemos llegar a ser.