Kimbra y School of X, en su versión más cercana
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15/03/2019Qué buen royo, así definiría el espectáculo de Crystal Fighters y Belako. Nada más entrar al Poble Espanyol (Barcelona, 13 de marzo) podías ver como había una especie de invernadero, entrabas y flotaban plantas en el techo junto con una lámpara, si, de esas que tiene tu abuela en el comedor, aunque en este caso quedaba más actual, por la composición del espacio.
Empieza el concierto Belako, grupo nacido en 2011 en el País Vasco (aunque las canciones mayoritariamente estén en inglés). Transmitían mucha fuerza, este grupo en directo es muy cañero, sin duda, además tienen un toque punkarra que atrapa. Algo que me gustó bastante es que creo que se notaba esa compenetración entre ellxs, hasta hubo un momento en que se pusieron en fila india, la vocalista Cris Lizarraga, la bajista Lore Nekane y el guitarrista Josu Simún sacando manos a los lados haciendo movimientos al compás. A parte de ese momento, me pareció curioso que Cris Lizarraga, en un momento del concierto cogiera una enorme concha y se la pusiera en la oreja. Me hizo casi escuchar ese sonido similar a las olas del mar sin tan siquiera haber puesto la oreja. Personalmente, no conocía en profundidad a este grupo, así que me dediqué a indagar y estoy encantada. Si que había escuchado Lungs, y por suerte, tuve la oportunidad de oírla en directo. Tocaron temas más populares como Off Your Shoes, Sea of Confusion y Over the Edge.
Agradecieron que el público se saltara la Champions para ir a ver a ambos grupos, gracias a vosotros, por ese conciertazo y aprovechó la vocalista para decir ‘fuera la gente que humilla y maltrata’. Qué grandes.
Se empezó a llenar el invernadero. La gente se movía ya inquieta, bailaban al son de la música de fondo. Diez minutos de espera y empezaron los abucheos. Entonces aparecen focos azules que iluminaban la sala y seguidamente, una luz blanca cegadora. Entran unos segundos más tarde, aquí estaban Crystal Fighters de uno en uno, primero salieron pegando saltitos y con lo que parecía un trozo de hoja de palmera en la mano, con vestimentas desgarradas y blancas totalmente.
Empezaron fuerte con I love London el que fue segundo single del álbum Star of Love (Zirkulo, 2010) seguido de Follow, imagínate el subidon del momento, tienen un directo súper movido y además coreografiado. ¡Fue un no parar!. Y después de esta vino LA Calling, el público lo estaba dando todo, ¡qué locura!, dando palmas al cielo, siguiendo ese ritmo delirante de los británicos. De verdad, fue un subidon de adrenalina y una descarga general (emocional y física). Desprendían muchísima felicidad, el público sonreía, se notaba en el ambiente, nos lo estábamos pasando genial.
Antes de empezar con Yellow sun dijeron en un castellano un poco atravesado ‘¿Cómo están? Que viva pachamama’ y se pusieron a saltar de nuevo. Incluso de la emoción un espontáneo apareció en el escenario y pronto se bajó después de un breve bailoteo, mucha emoción contenida, se le perdona. En Boomin' in your Jeep (versión acústica) piden que el publico se de la mano de un lado a otro y se den palmaditas después de dársela.
Al acabar Runnin’ aprovecharon para crear un momento de percusión con la txalaparta, que es un instrumento tradicional del País Vasco y que siempre incluyen en sus conciertos.
En Bridge Of Bones (momento serio) empiezan a aparecer, con este efecto luciérnaga que tanto me gusta, móviles y mecheros en el aire dando lucecitas, creaba en el lugar un efecto mágico, ya que el espacio, al ser similar a un invernadero reflejaba más las luces. Las tres últimas canciones fueron decisivas para reventar este no parar, ahí se hace todo el ejercicio que no has hecho en todo el año, reducido en un solo día. Acabaron con Plage justo antes de los bises (entre una pausa para abuchearlos) y terminaron con At home y You and I ante el siguiente panorama: el guitarrista por el suelo, coreografía para ir de una esquina a otra de la sala si te apetecía unirte, unas baquetas volando por encima del escenario a tanta altura que se estampó una de ellas en el soporte superior del escenario y rebotando al lado de los vocalistas, un leve susto que se pegaron y una mirada confusa hacia atrás.
Una despedida por todo lo alto, la verdad que me lleno de buena energía y acabé reventada de tanto movimiento. Genial, sin duda alguna.