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28/10/2019Hay grupos de música y luego están Los Punsetes. Ariadna y sus chicos vinieron a distraer un poco a los barceloneses en unos días complicados para la ciudad. Un poco de música para no pensar, o sí, porque las canciones de su nuevo álbum, “Aniquilación” (Mushroom Pillow, 2019), te hacen darle vueltas a algunas cosas. Sobre todo, a eso de ser “Seres humanos”, y de hecho así se llama uno de los temas que sonó la noche del 19 de octubre en una Sala Apolo a rebosar, que dio la bienvenida a Los Punsetes y su peculiar puesta en escena. Para muestra, un botón: Ariadna salió con un loro dentro de una jaula como tocado, descripción literal de la indumentaria de la cantante.
Tal vez pagar por verlos es una de las cosas en las que habría que invertir "Dinero", como el título de la primera canción que tocaron. La mirada fija Ariadna y su imperturbable pose hacia dudar de si era parte del decorado. La peculiar manera de cantar era la sorprendente carta de presentación de Los Punsetes para quien no los conociera en directo aún. Todo ello aderezado por un punk indie muy cañero y un directo más que potente que ya arrancó aplausos a las primeras de cambio.
“Vas hablando mal de mí” es algo que no dirán nunca Los Punsetes, que de paso, es otro de los temas de su nuevo disco y que el público, a pesar de que el disco llevaba apenas unos días en circulación, ya coreaba como si fuera todo un clásico de la banda de Madrid.
“Tres o cuatro canciones a medias, un par de ellas no están mal”, o más de un par, como dice el estribillo de Mabuse, uno de sus temas antiguos. Es curioso ver como la fórmula magistral de combinar temas clásicos con los del nuevo disco sigue funcionando, magia de la música.
En este punto, la sala ya estaba más que ganada. No necesitaron ni la educación para hacer bailar al público, ni un “Hola” o un “buenas noches” al empezar. Pero quien venía a verlos no se lo esperaban, ya sabían a qué venían. Porque daba igual que los instrumentos ahogaran la voz de Ariadna, el público cantaba por ella. El único gesto de ella al público era barrer la sala de punta a punta con su mirada, seguramente satisfecha por la entrega de su público. Las sonrisas del resto de miembros del grupo demostraban que sí estaban disfrutando del concierto que estaban dando, perfecto en todos los sentidos.
"Lo dejo" cantaban Los Punsetes en otro de sus temas. No, por favor, no nos dejéis nunca si nos dais noches como esta. "A la mierda con esta guerra" gritó todo el Apolo mientras tocaban “Viva”. Grito de guerra perfecto para lo que estaba pasando en esos momentos en las calles.
En un giro sorprendente de los acontecimientos, Ariadna abandonó el escenario, dejando claro al público que sí estaba viva, y al grupo sin ella con el reto de mantener el ritmo. Y vaya si lo lograron. Tras una pequeña pausa y rompiendo el mito de que Ariadna nunca se movía durante una actuación, volvió al escenario. Tras un delay interminable, y el público pidiendo más, Los Punsetes salieron a cumplir, con una Ariadna renovada estéticamente -ya sin el loro en la cabeza-, eso dio respuesta a lo de irse del escenario en mitad del concierto. La leyenda continua.
Y empezaron a llegar los mejores momentos de la noche, como escuchar en directo “Tu opinión de mierda”, porque cuando tienes entre tu repertorio canciones como esta, poco más tienes que pedirle al público.
El “Arsenal de excusas” para no escuchar a Los Punsetes se puede ir guardando porque ninguna justifica no conocer a este grupo madrileño, que peculiar como él solo, dieron un conciertazo en mayúsculas a sus seguidores en Barcelona, necesitados de pasar un buen rato y disfrutar.
Un “puto grupo” como ellos mismos se definen en uno de sus temas de éxito, a los que no les importa ser diferentes, porque gustan y gustaron en Apolo. Solo ellos pueden tener una canción ironizando acerca de la violencia machista con tan mala leche como me “Gusta que me pegues”, una de las más bailadas del concierto.
Así que la próxima vez que vengan Los Punsetes a tu ciudad, "que le den por culo a tus amigos", como cantaron en su tema “Tus amigos” y vente a verlos. Los recordarás siempre.