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08/01/2018Se cierra una edición más del Festivern, el festival que empieza a final de año y acaba a principio del siguiente. En esta ocasión, Metronome estuvimos para vivirlo desde dentro y para poder contároslo.
Este evento, acogido en la localidad de Tavernes de la Valldigna, comenzó con una fiesta de presentación el 29 de diciembre, a la que se podía acudir con o sin entrada. Aunque las actividades comenzaban desde por la mañana de este mismo día, ya se divisaba un considerable número de personas que habían pasado la noche anterior también allí.
Como comentamos, a las 10:00 empezaba un taller de concienciación contra la violencia machista y por la igualdad, impartido en la Casa de Cultura del pueblo. A las 12:15 le seguía un taller de Rap por la igualdad a cargo de la Concejalía, en la plaza del mismo ayuntamiento. Ya por la tarde, a las 16:00 tendría lugar la presentación del libro “St. Pauli”, con Carles Viñas y Natxo Parra, de nuevo en la Casa de Cultura.
A las 17:30 se abrían las puertas para que comenzara el primer día de conciertos, eso sí, gratuitos, a cargo de la banda de Pego, Reacció, a la que le seguirían grupos como Maldats, Charly Efe, Vadebo o Prozak Soup, entre otros.
No podemos tampoco dejar de destacar que a las 19:00 habría tenido también lugar en la Casa de Cultura el concierto en acústico de los cantautores Júlia i Andreu Valor, que desde Alcoi trajeron su nuevo y singular trabajo que mezcla sus estilos tradicionales con sonidos electrónicos.
Sin embargo, los que más hicieron disfrutar esta noche al público del Festivern fueron: por una parte, los vascos Huntza, que con su folclórico y tradicional estilo euskaldún, hicieron poner patas arriba a un público que, pese a no conocerlos tanto como a otros grupos, salió más que satisfecho de haberse quedado a su concierto.
Por otra parte, los ya clásicos Eina, que ofreciendo su rock hardcore más electrónico con este nuevo trabajo, Bolxevic, pero sin dejar de rememorar clásicos como L’Estat i la Revolució o viejos temas de la anterior formación de Inadaptats como Orgull de classe, llenaron la pista de fieles incondicionales camaradas y de simples amantes del punkrock.
El sábado comenzó bien temprano (o siguió para los que se quedaron en la rave) con los torneos de Futbet, raspall y básquet que se celebraron en el polideportivo municipal. Seguidamente, a las 12:30 empezó el ya tradicional correbars por el pueblo, de la mano de la Trocamba Matanusca. Con su estilo cumbia, balkan y demás… fueron guiando a los festiverneros y a las festiverneras por todo Tavernas, hasta la hora de comer, porque poco después se abrirían las puertas de los conciertos.
Y así fue, a las 15:30 empezaría la gente a entrar en el recinto para ver a Sense Sal, el primer grupo de la jornada. A ellas les seguirían otros artistas como los gallegos Ezetaerre o las valencianas Candela Roots. Pero, sin dudarlo, fueron 3 grupos los que incendiaron la carpa de este día 30.
En primer lugar, los satíricos Sons of Aguirre darían un concierto con el que el público alucinaría. Nunca un grupo de rap y de humor había dado un espectáculo tan metalero. Todo el Festivern…y me atrevería a decir que todo Tavernas flipó. David y Víctor no dejaron rehenes e incluso tuvieron tiempo para soltar alguna pullita cotnra artistas como C. Tangana o Young Beef.
A las 23:00, otro de los bolos de la noche fue el de la M.O.D.A. El grupo de Burgos que mezcla tantos y tan diferentes instrumentos en sus conciertos, se atrevió con un target de público poco habitual. Y aún así conquistaron el festival. Una hora de música muy bien ejecutada y de sensaciones y sentimientos sobre el escenario que pocos grupos después podrían suplir.
Pero, sin embargo, llegaría el más esperado. Poco después de medianoche volvería a estar en este Festivern el referente musical del País Valencià, Xavi Sarrià. Aunque esta vez en solitario, su gente no le defraudó, y con toda una carpa a rebosar, hizo llorar a las y los asistentes con, además de sus nuevos temas propios, los clásicos de Obrint Pas.
Se asomaba el último día del año y, después de una mañana de finales de campeonatos, la tarde musical la abriría el Diluvi que, con un concierto más pronto de lo habitual, tuvo, a pesar de todo, una gran parte del festival coreando sus canciones. La noche transcurriría con grupos tanto de la tierra como Smoking Souls, como llegados desde Euskal Herria con Vendetta, o desde incluso Lyon, con Sara Lugo.
Pero a medianoche no nos podían faltar las uvas. Y los artistas que este año hicieron la canción del Festivern, Tesa, Pupil·les y Ebri Knight, subieron al escenario para cantar la canción de esta edición. Seguidamente, la rapera Tesa animaría los cuartos y las campanadas, y entre todas dimos una feliz entrada de año, a la que le seguiría Gramophone All Stars y Txarango, como primeros conciertos del 2018.
La velada musical la cerraron Zoo, Ebri Knight, Pupil·les y Plan B, que acabó de amenizar la madrugada para hacer menos pesada la vuelta.
De nuevo, nos quedamos con ganas de repetir. Cerramos otra edición de un festival que invita a acabar un año y empezar el siguiente a ritmo de buen ambiente, música y reivindicación.
Por muchos fines de años más en el Festivern.
¡Y feliz 2018 de parte de Metronome!