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17/07/2023Este año el Festival Cruilla, haciendo honor a su saber hacer, ha combinado una mezcla variada de estilos musicales, apelando a la diversidad de público y a demostrar una democratización de la música no solo con artistas de talla internacional sino también con artistas locales y emergentes.
Pero no solo la parrilla musical se llenó de diversos estilos y colores, el público se veía con muchas ganas de disfrutar y muy sediento de festivales. Este año cada jornada estuvo marcada por 4 estilos musicales repartidos en igualdad de coniciones, así sería que el primer día fue el de la música urbana, el segundo el de la música latina, el tercero el del rock y el cuerto el del pop y pop-rock, donde el público aprovechó para cantar a los cuatro vientos y disfrutar de ese momento de reconectar con la música.
Miércoles
El Festival Cruïlla daba el pistoletazo de salida el miércoles con una primera jornada marcada por el rap y por donde pasaron por el escenario principal Estrella Damm: Delaossa, Cruz Cafuné y Nicki Nicole. Paralelamente y no con menos fuerza, los asistentes se reunían en los escenarios Oxfam Intermón, Vueling y la carpa tipi Johnnie Walker, todos ellos dispuestos para darlo todo en la explanada del Fórum.
Empezamos la tarde a las 17h con un sol como diríamos en Barcelona “espatarrant” que nos regalaba toda la vibra del verano y no nos quitaba las ganas de gozar del festival, aunque cabe decir que los abanicos del Cruïlla nos salvaron en más de un momento.
El primer concierto al que asistimos fue el de Lia Kali, que nos ofreció un concierto lleno de pureza, una escenografía muy sencilla pero sincera como las letras de la artista catalana en las que la salud mental y la lucha por estar bien y crecer toman protagonismo dentro de su álbum “Contra todo pronóstico” (2023). Una de las canciones más especiales y con la que el público se emocionaba junto a la artista fue “Pa' volvernos a amar”. También nos regaló la sorpresa de colaborar con Elane, deleitándonos con el tema que grabaron juntas, Falso: “Hoy voy a gritar pa que te vayas de mi vida, a fingir que no me afectan tus caídas, hoy solo estoy pa mí.”
Se nos hizo corto pero rápidamente empalmamos con el final de Delaossa y de allí pasamos a las rimas de Las Ninyas del Corro, las grandes raperas de la periferia de Barcelona y amigas también de Lia Kali, que sonaban seguido y nos parecía que formaban - nada más alejado de la realidad - una clika espectacular. Muy de cerca podimos gozar su barras junto a un público rapeando a su son. Ellas reivindican su espacio en el panorama musical del Rap, un espacio ocupado principalmente por hombres y de los que nada tienen que envidiar. Su talento no necesita marketing, solo espacios donde hacerse visibles y justicia.
De Felina y Laura Bonsai (LNDC) nos pasamos por el concierto del argentino WOS, quién nos sorprendía con un sonido súper potente debido a que llevaba su propia banda, y no era música pregrabada como suele ser en conciertos de artistas de su estilo. No podíamos bajar al escenario de Vueling sin pasar también por el de Estrella Damm donde Cruz Cafuné traía la esencia canaria a Barcelona y la ciudad condal, a la verita del mar, se entregaba a su son. Tras ese momentazo, nos acercamos a descubrir a Rusowsky, una ocasión única para nosotras que todavía no le habíamos podido ver en directo. Hay que decir que no solo tiene un buen número de seguidores con una devoción muy clara sino que casi toda persona que le descubría se volvía adepta a su movida en pocos minutos.
Casi a la vez, en el escenario Intermon Oxfam, se subía al escenario Sen Senra. La sensación gallega lleva ya unos cuantos años cosechando éxitos y colaboraciones y en esta jornada presentaba su último disco PO2054AZ (Vol.I) (Universal Music, 2023). La explanada del Forum quedó abarrotada de sus fans y algún que otro nuevo descubridor que pasaba por allí y quedó cautivado por su carisma y sus ritmos urbamos.
Cuando finalizaron Sen Senra y Rusowsky y aún acaloradas teníamos la ilusión viva de gozar de Santa Salut, la crack de las rappers, en el escenario Johnnie Walker. Casi sin coger aire nos regaló un recital de barras digno de todo escenario hecho para el rap. La catalana lució su peculiar talento y repasó temas de sus últimos discos como “Yo te cantaré” entre otros junto a Ultra, su compañera a los coros y reina del beat box.
Cerramos la primera jornada festivalera escuchando a Nicki Nicole, que nos mostró que tiene el talento suficiente para poner patas arriba cualquier escenario y por qué no el de Estrella Dam. Aprovechó para presentar su nuevo álbum “Parte de mí”, donde la rapera argentina mezcla a la perfección R&B, trap, dub, reggaetón y otros estilos urbanos.
Salimos del primer día con ganas de recuperar energías para volver al día siguiente con todos los sentidos despiertos, teníamos claro que se venía una de las grandes ediciones y que el inicio había dejado el listón muy alto.
Jueves
Y así fue, como en poco más de 14h estábamos de nuevo en el Parc del Fórum, esta vez ante un panorama distinto al del rap, nos esperaban: Judit Neddermann, Los Van Van, Iseo & dodosound, Tash Sultana, Rubén Blades, Bomba Estéreo, Miss Bolivia y Rodrigo Cuevas.
Con un cielo algo más nublado y con las altas temperaturas dando un poco de tregua - que era de agradecer - llegamos a Judit Neddermann, donde pudimos gozar de su música en catalán y de la sensibilidad que tanto la caracteriza. Una artista catalana que nos habla con el estómago y desde esa verdad que tanto nos ablanda como se nos clava, pero que siempre hace tan bien.
Tras una de nuestras ya queridas artistas y con nervios por las ganas que teníamos nos fuimos hacia el escenario principal a sentir la vibra de Iseo & Dodosound. Su estilo es una mezcla de reggae, dub y trip hop que no deja indiferente a nadie. La de Iruña nos regaló una dosis de energía que nos hizo bailar y vibrar muy alto con temazos como: “I’m burning”, “Chan chan”, “Roots in the air” y “Digital shoots”. Cabe señalar que los visuales fueron todo un viaje y nuestros ojos hacían chiribitas con el espectáculo que el Cruilla nos había traído a la ciudad condal.
Y de Iruña a Australia esta vez había escasos metros, justo los que separaban el escenario Estrella Damm del Oxfam Intermon donde empezamos a enloquecer al ver a la multinstrumentista Tash Sultana haciendo de las suyas: esas composiciones que llevan su firma, sus dedos, sus pies y esa voz rasgada. Sabíamos que puede tocar 20 instrumentos pero no nos explicábamos como iba enlazando esa composición desde la guitarra, el bajo, el saxofón, la flauta, la trompeta y la percusión, por supuesto con sus loopers y maquinitas que nos tienen hipnotizadas todavía. Una tía muy pura, salvaje, como su música que nos regaló esa combinación de rock, indie, rock alternativo y reggae en canciones como la esperada “Jungle” que consiguió que el público tras ese concierto ecléctico se entregara a formar parte del espectáculo cantando el gran tema junto a Tash.
En cuestión de minutos se acabó lo que se daba y esa vibra se quedó dentro de nuestros cuerpos pero no podíamos perdernos lo que ocurría en escenarios vecinos. Primero nos pasamos por el concierto que ofrecía Omara Portuondo en el escenario Vueling, «la diva del Buena Vista Social Club" nos inundó de son y boleros además de robarnos a todos nuestros corazones con su cariño a sus 92 años de edad.
Intentamos llegar a Miss Bolivia pero fue imposible porque la pasión abarrotó el aforo del Johnnie Walker así que la escuchamos desde fuera hasta que nos fuimos a disfrutar al escenario principal del gran Rubén Blades. O mejor dicho, a esa clase magistral sobre cómo encarar el arte y la existencia misma. Allí vivimos el sentimiento panamericano, la hermandad cultural entre los diferentes pueblos de América Latina. Un descomunal embajador de la salsa y el swing. Llenó el Cruïlla de estilos como el blues, jazz, soul, pero también de los sonidos fronterizos, boleros, joropos, calypso y tropicalismos.
Y así fue como llegó la noche y con ella el admirable y los adeptos de Rodrigo Cuevas al escenario Vueling. Allí pudimos cerciorar que la belleza que esconde la cultura de un pueblo está en su folclore. La tradición, es una vía de expresión común a todos los seres humanos. El folclore es un ser vivo que se extiende por toda la faz de la tierra, como un micelio, no entiende de barreras físicas ni políticas. Y Rodrigo es el prince de Verdiciu. Rodrigo Cuevas nos regaló un viaje de rondar a la canción tradicional con otros géneros, haciendo conversar a la música electrónica con el humor, la sensualidad y la crítica social, convirtiendo el Cruïlla en una experiencia cultural y sensorial única con denominación de origen. La emoción orbitaba al lado del mar, bajo la luna del festival y como una (La) Romería, así se llama su última gira.
El cierre no podía ser de otra manera que con el incendio que provocó en el escenario la energía derrochada por Bomba Estéreo. Inició su concierto, cual si fuera un ritual chamánico, con el encendido de un palo santo y un outfit fluorescente que encandiló a todos los asistentes, que al unísono gritaban “¡Fuego, manténlo prendido, fuegoooo!”
Y así fue como acabamos el jueves, en un espacio propicio para la celebración y para la comunión, un lugar para sentirnos libres de prejuicios, para latir soberanos y amantes, libertinos y buenos. Un show extrovertido, caliente, bailable. El colofón de “La Romería” a la que todas estabamos invitadas.
Viernes
El tercer día de Cruilla fue un día marcado por el rock. Entre sus ponentes estuvieron Ciudad Jara, quienes con su particular estilo musical e incluyendo lengua de señas nos presentaron su tercer trabajo de estudio titulado La velada del lobo (2023).
Y del rock español de Ciudad Jara, nos pasamos a escuchar un poco de rock-indie británico de uno de los grupos cabeza de cartel de este Festival, nos referimos a ALT-J. La banda británica nos mostró lo que es ser exponente de buen rock evocando sensaciones de tranquilidad y calma.
Nos fuimos a disfrutar de una dosis de rock catalán con Cala Vento, comprobando en vivo y en directo esa fama que tienen de enloquecer a la gente con sus temas. Esta era su tercera vez en el Cruilla y lo dieron todo y hasta cantaron en euskera, agradeciendo también la respuesta recíproca de su público que se ahogaba entre pogos descontrolados ya en los primeros temas.
El plato fuerte del tercer día de Cruilla estaría a cargo de Sigur Ros, que con su post-rock, que combina elementos de shoegazing hizo vibrar de emoción con su angelical voz a todos los asistentes a su concierto, que veían como la banda aparecía de repente en medio del humo bajo una puesta de escena muy bien cuidada.
Con una dosis de energía descontrolada, pero de la buena, los chicos “nunca mayores y siempre jóvenes” de Carolina Durante nos hicieron flipar por un buen rato. Los que van a sus conciertos ya saben que desde el minuto cero es pura energía que se transmite al público en forma de pogos y alegría.
Cerramos nuestro tercer día rockero con otro de los platos fuertes y cabezas de cartel del Cruilla: Franz Ferdinand. Con un público más que dispuesto, fue el grupo que en nuestra opinión logró de una manera u otra desatar la fiesta y el bailoteo entre el público. Podríamos decir que si “We're lucky, oh, so lucky!” de haber estado presentes en este conciertazo.
Queremos hacer una breve mención a The Offspring, de los que no escribiremos nada en particular en esta crónica, debido a que consideramos que obligó a los medios presentes a aceptar cláusulas abusivas en su contrato. Solo debemos resaltar que, de mutuo acuerdo con el resto de medios, no se realizó cobertura de su participación en el festival.
Sábado
Comenzamos nuestro cuarto y último día con la música reivindicativa, natural, feminista y romántica de Suu. Como ya es costumbre, nos hizo cantar y bailar, bajo esa calurosa tarde donde muchos tenían que recurrir al abanico para darse un pequeño respiro. Y con ese clima, no podía faltar la participación de Carlos Sadness con quien cantó “Barcelona Tropical”.
Menguaba el sol y crecían las ganas de un poco de esa dosis de brilli brilli que son tan típicas de los festivales, para luego irnos a disfrutar de Antònia Font. La banda no había pisado los escenarios del Cruilla desde hace 8 años y llevaban 10 sin sacar un álbum, por lo que este concierto fue un reencuentro con su público festivalero.
La tercera artista que vimos, ya nos había sorprendido en el festival del año pasado cuando salió de sorpresa a cantar con Rigoberta Bandini a cantar “Así bailaba” que sonaba por primera vez en directo. Nos referimos a Amaia, quien siempre nos agrada por esa naturalidad y carisma que impregna en cada uno de sus conciertos.
Pero el plato fuerte de esta noche sería sin lugar a dudas la banda británica Placebo, quienes nos hicieron rememorar esos recuerdos de adolescencia rebelde y de buen rock que escuchábamos. No cabe ninguna duda que eran una de las bandas cabezas de cartel más esperadas de este festival y no defraudaron, terminando su concierto con “Shout” y una versión propia del tema ochentero “Running up that Hill” de Kate Bush.
El cierre de nuestra última noche de Cruilla no podía ser mejor sin la participación de una de las bandas más cañeras y que nos hizo mover el esqueleto incluso sin darnos cuenta de ello. Nos referimos a Parov Stelar y su electro swing, un género que fusiona la música swing con sonidos contemporáneos como el house, el hip hop o el dance, entre otros.
Y por si eso fuera poco, aún nos quedaba un pelin de energía para disfrutar de Moderat, que con su música electrónica nos tuvo bailando hasta altas horas de la noche. Qué mejor cierre para un festival que prometía mucha variedad de estilos musicales y un cartel bastante más potente que el año pasado.
En general el Cruïlla nos dejó un muy buen sabor de boca, a pesar de algún leve amargor por lo ocurrido con The Offspring, nos quedamos con todo lo positivo de esta nueva jornada festivalera que como todos los años nos hace vibrar de emoción.
Ahora solo queda esperar al año que viene para volver a disfrutar del festival con más variación de géneros musicales en su cartel. Tras mucho baile y diversión, esperamos que 2024 venga más fuerte aún para seguir bailando, cantando y disfrutando como niños. Cruïlla 2024 se celebrará del 11 al 13 de Julio.
Felicidades de nuevo al Festival por esta gran organización y este gran cartel y muchísimas gracias por hacernos de nuevo partícipes.