Llega la XIV edición del Let’s Festival en la Sala Salamandra
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14/01/2019Desde Metronome, queremos felicitaros el año nuevo, que esperamos que esté cargado de conciertos, festivales y mucha, mucha música para todos.
Nosotros, este 2019 lo empezamos, una vez más, en el Festivern. Del día 29 al 31 se celebraba en el pueblo valenciano de Tavernes de la Valldigna este festival, que ya cuenta con catorce ediciones a sus espaldas.
Con un cartel repleto de grupos y con mucha variedad de estilos, un montón de actividades para entretener al día y mucho ambiente (y buen tiempo), dimos la bienvenida al nuevo año, que esperamos disfrutarlo tanto (o más) como disfrutamos estos días.
El festival, teóricamente, comenzaba el 29, pero el día 28 se ofreció, en la Plaza Mayor del pueblo, un concierto del grupo NUC como fiesta de bienvenida. Aunque tuvimos que lamentar algunos pequeños incidentes con las pruebas de sonido (y propiamente con el sonido) antes y durante el concierto, un directo tan potente como el suyo sirvió para calentar motores y preparar a toda la gente para los días posteriores y que había decidido iniciar la fiesta un día antes.
El día 29 comenzó tranquilo, pero con grandes cantidades de gente que venían desde diferentes partes de los Países Catalanes (y otras partes del Estado), aunque, en su mayoría, desde Cataluña. La zona de acampada se quedó pequeña, y tuvieron que habilitar (previamente y sin incidentes) otras zonas por el pueblo. Durante esta edición, se registró una afluencia de gente mucho más masiva respecto a otras ediciones. Parece que, año tras año, la gente opta por pasar un fin de año diferente pero, sobre todo, musical.
Este primer día de Festivern, pues, comenzó con las actuaciones tempraneras de grupos del país con un contundente sonido, como son Inèrcia y Maldats. Durante toda la noche del sábado, otros grupos fueron, sin embargo, los que llenaron totalmente la carpa. Como Adala & The Same Song Band, la propuesta más innovativa reggae de esta edición y que se está proyectando como uno de los posibles artistas revelación de 2018 y próximo 2019.
También, como era de esperar (y así fue), ZOO fue el grupo con más público de la jornada, ofreciendo un directo en el que todas las canciones son espectacularmente coreadas e, incluso, presentando alguna canción inédita o, más bien , poco publicitada, que también conocía la gente.
La noche terminó con la actuación de Cactus, un grupo que recordaba nostálgicamente los legendarios Orxata (de donde era cantante, precisamente, Pancho de Zoo) y que, con una increíble voz femenina, cerró las actuaciones del sábado (madrugada del domingo), junto con las Djs Hijas de la cumbia.
No menos intenso fue el domingo, que comenzó a las 12 de la mañana con el mítico correbares popular por todo Tavernes, de la mano de La Trocamba Matanusca. La gente, bebiendo y cantando, se sumó, incluso con sus propios instrumentos, pues la charanga repartió partituras entre los asistentes para que se sumaran, también musicalmente, a la fiesta.
Los conciertos los inició Metall i so, único grupo de metal del cartel que, aunque con una floja entrada debido al horario, sorprendió a los más ansiosos de conciertos con un directo lleno de contenido y mensaje combativo, con el más puro estilo heavy, género que no se suele combinar con temas políticos. Los siguió Ira, el castellano grupo de rap feminista (y también combativo) que cada vez gana más adeptos y seguidores en todo el Estado.
No estuvieron solas, pues el día anterior habían actuado Machete en Boca y, poco después actuó uno de los grupos más esperados del festival, Mafalda. Presentando su nuevo disco Palabras forman caos (GazpatxoFestCultura, 2018), hicieron bailar y disfrutar a todo el Festivern con un increíble show que mezcla rock, rap y funk, sin que nadie, rockeros, rappers y funkys, queden decepcionados.
También actuaron Talco o Desakato aquella noche. Y no hace falta decir mucho sobre estos grupos, más allá de lo que cualquier lector o lectora se puede imaginar de directos tan explosivos como los suyos. Llevaron tanta contundencia al festival que parecía que hubieran subido el volumen de los equipos de sonido durante sus conciertos.
El último día se presentaba demasiado pronto, parecía que hubiéramos llegado al final sin darnos cuenta y se nos había hecho realmente corto. Durante el día, las finales de los principales torneos populares deportivos se fueron celebrando, aunque la gente prefería quedarse en la tienda recuperándose y descansando para la noche, que sería prometedora.
Así pues, Dance Crashers, grupo que compuso la canción de la presente edición del Festivern, dieron el pistoletazo de salida el día 31, junto con, desde Andalucía, la Selva Sur. Unos shows muy bailables, donde los valencianos y los andaluces ofrecieron juerga y buen ambiente durante sus conciertos. Seguidamente, la magia inconfundible de Els Catarres, el rap clásico e histórico de SFDK o la rabia de los Narco fue lo que caracterizó la Nochevieja.
A las 23:30 de la noche, la gente que no había ido al concierto de Smoking Souls (que, por cierto, se perdieron otro maravilloso directo de calidad y perfección musical) fue entrando en el recinto para despedir el año. De esta forma, y todo el mundo con su puñado de uvas, golosinas o algo parecido (pero en 12 unidades) esperó hasta la media noche a las campanadas que se proyectaron en la gran pantalla de los conciertos. A pesar de algunos de los obstáculos y el despistado anuncio de los cuartos, que realmente eran las campanadas, los asistentes recibieron con euforia un nuevo año que, tal y como os hemos deseado a todas y todos, esperamos que sea bien musical.
¡Feliz año nuevo!