Lo maravilloso de convertir lo moderno en clásico, por Postmodern Jukebox
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25/11/2018Lo bueno se hace esperar, sin duda. Estos Orishas conquistando corazones el pasado 15 de noviembre en la sala Razzmatazz (gracias a Madtown Days by Jim Beam, promovido por Radio Madrid y Radio Barcelona, tercera edición de este ciclo triunfal que nos ofrece una variedad de música en directo). Sin teloneros, solo una pantalla que ocupaba gran parte de la pared de fondo del escenario y una mesa con el nombre bien grande de nuestros tan esperados Orishas.
A pesar del diluvio universal que caía en Barcelona (exageración de los hechos) estuvo la sala llenísima a partir de las 20:50. Decía en el inicio de esta crónica que lo bueno se hacer esperar, no solo por tan larga espera de la llegada a Barcelona de estos grandes, sino porque tardaron media hora en aparecer. Eso sí, por todo lo alto, con un juego de luces muy potente y un show envidiable, junto con juegos en la pantalla trasera que concordaban con las melodías.
Se desmayan las luces y se escucha una potente batucada. Por suerte, nos invadieron de sus inicios, que fue el auge del concierto. Muy agradecida de que no se centraran únicamente en el nuevo álbum Gourmet (Sony Music Latin, 2018). Nos dio un saborazo con ‘A lo cubano’ a bombas de humo que se dispararon del escenario y seguidamente ‘Mistica’. Yotuel moviendo sus caderas a ritmo de infarto, bajó del escenario para compartir de cerca con sus queridos fans y los cámaras, imparable, sudando el trío por su imparable movimiento, pero sin duda destacando a Yotuel, que llevaba las riendas sin duda, hacía pausas poéticas, movía sus caderas… Un no parar de hombre, incluso, lanzó su toalla mojada de sudor al público (cosa que por mucho que los ame, no me entusiasmaría que lo hubiera lanzado por donde estábamos nosotras), aunque seguro, alguien estaría exageradamente feliz de tenerla.
Algo que no acabó de gustarme, es que pidió al público que cantara, primero hombres y después mujeres. No quiero entrar en un largo debate, pero hay que empezar a tener consciencia de género y lo que supone diferenciarlo. Sabemos que no hay sólo dos géneros, así que empezar a aplicar el concepto en todo iría bien, para no crear estas tensiones. A pesar de esto, la gente se lo pasó genial aunque no hicieron mucho caso y cantaba quien le nacía.
Qué maravilloso el trombón, hubo una pausa y aquí apareció mostrando sus mejores armas, tocar el trombón pareciendo una guitarra eléctrica, BRU-TAL. ‘Smoke on the water’ de Deep Purple y el ‘Are you gonna go my way’ de Lenny Kravitz, estas fueron las versiones en trombón, muy buenas elecciones para versionar.
Hubo de todo; amor por cuba, un momento de dubsteb, buenos bailoteos, mezclas exóticas musicales, ritmos africanos con cubanos y hip hop, una balada romántica, concienciación social… Un no parar, no suelo darlo todo en los conciertos por que me gusta reparar en detalles. Pero en este caso, disfruté muchísimo, fue muy difícil centrarme en los apuntes para escribir esta crónica. Volaba confeti, disparos de humo y muy buen rollo. Era casi imposible estar impasible, porque con este popurrí de estilos y conquista de humildad, es difícil no sentirse seducida. Sobre todo por el toque melódico de Roldán y esos ritmos rompedores de Ruso. Son maravillosos.
Infinitamente agradecida también por dos temas en concreto que me encantaban desde mi infancia, ‘El kilo’ y para acabar y despedirse a lo grande ‘NACÍ ORISHAS’ (lo pongo en mayúsculas porque estuvo muy acertada la elección de canciones y la mezcla de discos.