Pueden cambiar los presidentes, pero Lali seguirá siendo la misma

Apenas llegamos a la sala Razzmatazz el día 1 de octubre, el recinto ya estaba a tope, con al menos la mitad del público procedente de Argentina concentrado en un solo lugar. Con un sonoro "Olé, Lali", aclamaban la salida de la artista al escenario.

Haciendo un poco de contexto: muchos de ellos conocen a Lali desde niños, porque actuó en los años 2000 en series de Cris Morena como Rincón de luz, Floricienta y Chiquititas, entre otras. Desde 2013 inició una carrera como solista, que muchos de esos niños, ahora ya adultos, han seguido durante más de una década. Y eso se notaba. El público argentino es muy pasional, tanto en el fútbol como en otros ámbitos, y se percibía esa energía impetuosa que siempre les ha caracterizado.

Entre gritos y teléfonos móviles grabando cada momento de los primeros acordes y una ansiedad que se olía en el ambiente, apareció Lali vestida con un sombrero de vaquero, desatando la locura total de los asistentes con el tema "Lokura".

Después del tercero, Lali se había echado al bolsillo a todos y se dio el tiempo para hablar con su público, súper emocionada, diciendo que sentía que iba a ser un "mega concierto" y dando las gracias de corazón por llenar la sala una vez más. Contó que este reencuentro era especial porque venía con un disco nuevo, con muchas cosas que decir y una energía totalmente renovada. De hecho, confesó que la energía era tan linda que para ella no era un show más, sino el mismísimo "principio de felicidad" y una invitación a que todos lo intentáramos juntos.

Llegando al sexto tema ocurre el primer cambio de vestuario que precedía al tema “Diva”, seguido por un breve lapso para recordar su paso por Barcelona hace unos tres años y contarnos que visitaba nuevamente la ciudad condal a presentar su nuevo álbum “No Vayas a Atender Cuando el Demonio Llama” (Sony Music Entertainment Argentina, 2025)

Continuó con “Morir de amor”, mientras dos experimentados bailarines danzaban un tango para luego rematar con “33” que cantaron todos sus fans como si no hubiera un mañana. Llegó el momento de un nuevo cambio de vestuario: un traje de dos piezas con corbata, un look ejecutivo para "¿Quiénes son?" y unos guantes de boxeo para cantar "KO".

El ambiente de la sala estaba bastante caldeado con "Brishito", con un público rendido a Lali que la aclamaba como la reina y ama de sus vidas, a la vez que gritaban consignas contra Milei: "Milei basura, gozá la dictadura". Continuó leyendo los letreros que llevaban sus fans, llegando al momento de más intimidad con ellos, cuando ella pidió cantar el cumpleaños feliz a una de las chicas presentes en el público.

Presentó a dos amigos de Córdoba para cantar "Incondicional" y luego nos contó la historia de esta canción. Explicó que cuando la escribieron estaban en un momento muy especial donde era importante enamorarse mejor y empezar a crecer juntos. Remató diciendo que dedicaba esta canción a sus fans, que han sido incondicionales con ella.

Tal fue el momento de intimidad que se creó después de esta canción, que una chica se atrevió a proponerle matrimonio a su pareja, teniendo como testigos a todo el público y a Lali. Afortunadamente, la propuesta terminó en un sí.

El concierto traía más sorpresas. En "Ego" bajó a saludar al público y a devolver todo ese cariño que sus fans le dan. Tras otro cambio de vestuario, regresó con una malla de gimnasia con los colores de la bandera argentina para darlo todo con "1 amor" y "Mejor que vos”.

Una cosa que nunca antes habíamos visto sucedió con “Motiveishon” con un público enloquecido, que parecía que se había tomado unas 10 redbulls esa misma noche. 

Regresó al escenario con "Soy" y cogió la bandera del orgullo trans, seguido por la irrupción al escenario de un chico del público al que llevábamos un rato viendo cantar con entrega y que además lucía un look bastante llamativo. Luego de cantar con él, lo despidió con un besito y nos contó que él la seguía desde hacía mucho tiempo, a lo que él respondió: "Pueden cambiar los presidentes, pero Lali seguirá siendo la misma".

“Fanático” sonó como el cierre perfecto antes de los bises, con un público que no paraba de moverse de arriba para abajo y cantar cada frase de sus canciones. Fue entonces cuando ocurrió un momento de mucha tensión: una chica sufrió un desmayo entre el público. Lali detuvo su show mostrando su preocupación hasta confirmar que estaba siendo atendida rápidamente por la seguridad de la sala.

"¡Una más y no jodemos más!", era el clamor del público pidiendo su regreso al escenario. Y Lali cumplió. Regresó con “Pendeja”, donde la energía volvió a explotar, seguida de “Payaso” (canción dedicada a Javier Milei), haciendo que toda la sala saltara como si el piso ardiera. Para el gran final, cerró la noche con “No me importa”, una canción que ella misma definió como "para recordar quiénes somos".

Cerrando su concierto, Lali nos agradeció a todos los que esa noche llenamos cada rincón de la sala Razzmatazz y nos prometió volver pronto con nuevo material, dejando claro que este no era un adiós, sino un hasta pronto.

Lali consiguió lo que se propuso desde el principio: crear ese "principio de felicidad" del que habló al inicio de su concierto, y todos nos llevábamos un trocito de esa felicidad a nuestras casas.

Como bien dijo aquel fan que subió al escenario: pueden cambiar los presidentes, pero Lali seguirá siendo la misma. Y sus fans también.