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Con motivo de la celebración del día de San Jordi, la compañía Damm hizo puertas abiertas en el recinto de l’Antiga Fàbrica Damm, donde se congregaron centenares de personas para bailar y disfrutar del día primaveral. El equipo de Metronome fuimos a disfrutar del evento.
El día empezó fuerte con Buhos sobre el escenario principal, el Moll d’Envasat cantando algunos de sus temas más conocidos. En media hora de concierto consiguieron activar al público para que siguiera disfrutando de lo que venía por delante.
Y seguidamente, Ebri Knight, breve pero intenso. Así fue el paso de uno de los grupos punteros del panorama musical catalán, por la Antigua Fábrica Estrella Damm el pasado día de Sant Jordi.
Sobre la 1 de la tarde, el maresmense grupo de folk-rock subió al escenario para ofrecer una pequeña muestra de lo que está siendo esta nueva gira, por la que han visitado A Coruña, Valladolid, Madrid, Alemania, Suiza, etc.
No fueron más de 5 temas, pero la respuesta del público fue abrumadora. La gente coreó como auténticos y auténticas hooligans durante la media hora que duró el concierto.
No fallaron temazos como Guerrilla, Foc o Rosa de foc, pero poco más pudieron ofrecer en un tiempo tan limitado. A continuación, estuvieron media hora firmando discos y concediendo entrevistas.
Paralelamente, en la Sala de Máquinas y para un público más reducido subió al escenario Suu, que actuó con mucha fuerza feminista. En las horas que siguieron antes de comer, en esta misma sala actuaron Atenea Carter & The Mighty Might y Ferran Palau. Los primeros hicieron vibrar la sala transportándonos con su soul magnético. Ferran consiguió, como siempre, convertir la sala en un lugar íntimo y especial. Y eso que antes de actuar había estado entre el público del Moll d’Envasat escuchando y tarareando las canciones de sus compañeros y amigos de El Petit de Cal Eril.
Además, en la Sala de Cocció se cocinaron pequeños conciertos aunque igual de interesantes, de artistas de la talla de Ismael González, Joan Masdéu o Marc Grau Jr. entre otros. Y durante la mañana, los más fans de las sesiones DJ pudieron disfrutar, en la terraza improvisada de la Sala de Básculas, de la música de Mishima DJs o VëMö DJs.
A las tres de la tarde, en el Moll d’envasat, subieron al escenario Koers, un grupo de Reggae de Lleida presentando su primer álbum Unbroken. La banda liderada por Kelly Isaiah desprendía buen rollo por todas partes y eso se notaba en la actitud entregada del público.
Fins al final, una de las canciones incluidas en el álbum es un himno a la esperanza, que además hace que no puedas no bailar. La agrupación tiene un magnetismo que hace que incluso los presentes en la sala a quienes no les gusta el Reggae bailaran y disfrutaran de la actuación.
También demostraron su talento llevando grandes éxitos como Come together o That’s the way a su estilo musical, sin hacer otra cosa que hacernos vibrar a todos los presentes. Debemos mencionar el gran trabajo que hace la banda al acercar este estilo de música al público joven.
Para cerrar la pequeña fiesta que crearon en el escenario, interpretaron Lion, también incluida en su álbum debut. La descripción que más se acercaría a Koers es la banda de Reggae que tiene el talento que pocos tiene de arrastrarte con su música, desde Metronome les deseamos mucha suerte.
Después de comer, cervecita en mano, algunos se quedaron en el escenario principal para ver actuar a Quimi Portet y otros se dirigieron a la Sala de Máquinas, ya que se venían dos conciertos muy esperados, el de Núria Graham y el de Nil Moliner.
Aprovechando el lanzamiento de su nuevo disco ‘Does It Ring a Bell?’, la de Vic nos encandiló a todos con su voz y su forma de hacer buena música cantando varios temas de su nuevo trabajo. Nunca nos cansaremos de escucharla.
Nil Moliner, conocido por muchos por ser el compositor de Que nos sigan las luces, canción con la que Alfred García se postuló para representar a España en Eurovisión subió al escenario dispuesto en la Sala de Màquines para presentar canciones de su E.P. Hijos de la Tierra, esperado por una multitud de fans bastante jóvenes.
El de Sant Feliu empezó con Se nos escapa, una creación que nos anima a perseguir lo que queremos, a que vivamos la vida como se nos presenta. También interpretó Esperando, canción en la que se presenta de una manera muy rítmica la situación del desamor, del no saber como continuar o que pensar en un momento de duda en una relación.
El catalán también interpretó Hijos de la Tierra, homónima con su E.P., pieza que hace recordar a todos aquellos que la escuchan que recuerden de donde vienen y no se preocupen por nada más del que son. Para cerrar su sesión, interpretó Un beso y una flor, de Nino Bravo, invitando al público a cantarla con él, animando con la frase “Todos os sabéis esta canción, así que quiero que me ayudéis a cantarla”.
Moliner ya tiene una multitud de fans que sólo hace que aumentar, el talento del catalán ya ha sido reconocido por grandes productoras nacionales, y su fama va a dispararse a medida que su música llegue a más gente.
Seguidamente, nuestros fotógrafos se fueron de nuevo al escenario principal, ya que actuaban Mi Capitán y Flamingo Tours, ambos con una energía desbordante sobre el escenario y con muchos juegos de luces. Ofrecieron un par de conciertos más largos de lo habitual, y que el público supo agradecer entregándose al máximo a las bandas.
Una de las sorpresas de la tarde fue cuando Xarim Aresté, artista programado para cerrar la tanda de conciertos en la Sala de Máquinas, no pudo actuar por indisposición y le sustituyó Dolo Beltrán, que ya había estado en la Sala de Básculas en la sesión de DJs. Esta vez pudo cantar algunos de sus temas del nuevo disco que ha sacado en solitario ‘Copilotos’.
Para cerrar la jornada, todo el público asistente al Sant Jordi Musical se movió al Moll de l’Envasat para terminar la fiesta junto a La Iaia, que con su pop indie pusieron punto y final a un día mágico lleno de rosas, libros y música, mucha música.
Sólo podemos dar las gracias a Damm y a los artistas que hicieron de este día, un gran día. Brindemos con una caña por muchos más Sant Jordis como el vivido este 2018.
Texto de Alejandra Espaliat, Carla Urgell y Pol Viedma
