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04/12/2020Hoy os vengo a hablar de una forma de hacer conciertos en estos tiempos de pandemia que corren y que parece que no van a terminar pronto. Empecemos por lo básico: es evidente que los músicos deben comer, tener techo y poder ampliar y hacer crecer su equipo. Eso está claro.
La pregunta es, si todas las salas de conciertos están cerradas a cal y canto porque "uy que nos contagiamos todos" cuando realmente no se ha detectado ningún brote en ningún concierto hasta la fecha (asunto del que ya hemos hablado anteriormente), ¿de qué van a vivir? Porque ya sabemos todos que a los artistas nos mola mucho esto de comer aire forzosamente (otro asunto del que ya hemos hablado o hablaremos pronto) porque pagarnos con birras o no pagar directamente es mainstream de cojones, pero siendo realistas, comer cosas sólidas también nos mola de vez en cuando.
Ha empezado a verse últimamente una especie de corriente preocupante que se basa en comprar tickets para ver conciertos en streaming pagando, y sinceramente lo veo un crimen, o un atentado contra la música en directo, no por parte de los músicos y los promotores, si no por parte de las instituciones. Un concierto está para ver a los músicos que uno adora en directo en persona, para eso se hacen. Desde casa no se recibe la energia que se recibe estando en primera fila, no hay manera de sentir a los músicos medianamente cerca. Para ver un concierto en streaming, mejor me quedo viendo una serie o una peli en el sofá. A este paso, acabaremos teniendo que pagar para ver los streamings de macrofestivales que hasta ahora se ofrecían gratis. Total, si estamos pagando ahora, por qué vamos a dejar de hacerlo. "Es el mercado, amigo", que decía cierto ministro corrupto de este país hace unos años.
¿Es legítimo por parte de músicos y promotores hacer este tipo de cosas? Por supuesto, de algo tienen que vivir, y cualquier reinvención sirve. ¿Es necesario hacerlo? Yo creo que no. Si las instituciones se hubiesen marcado tiempos, deadlines (lo digo en inglés por incapacidad de decirlo en castellano, no por que me crea un master de la life), si hubiesen intentado salvar a la gente en lugar de la economía y si hubiesen atacado a los lugares en los que de verdad hay brotes, como por ejemplo el transporte público, que todos sabemos que en hora punta es sinónimo de "felicidades, ha sido usted covideado" y sin remedio, entonces quizá habríamos conseguido algo útil.
Dadnos la posibilidad de volver a hacer música en directo, somos responsables, lo hemos demostrado ya más de 50 veces en lo que va de pandemia en Barcelona, y entonces no hará falta cargársela para poder seguir actuando. Seguid adelante con el plan de la Apolo, demostradle al mundo que es posible hacerlo, porque los que estamos dentro, lo sabemos perfectamente. Si necesitáis pruebas, os las hemos dado ya, y os las daremos las veces que haga falta.
La última vez me metí a saco con los bares, creo que me equivoqué, ese no era el problema. Todos nos equivocamos a veces. Los restauradores en su gran mayoría están cumpliendo a rajatabla pese a suponerles pérdidas extremas, igual que en cuanto a los conciertos y los eventos por el estilo, los pocos que se hacen, quiero decir, mientras los trenes, buses y otros servicios públicos van hasta los topes.
Podrían estar haciéndose conciertos perfectamente como se hacían para el Cruïlla XXS, o el Nits del Primavera. No sé, igual va siendo hora de mirar por los músicos y sus grandes espectáculos y no por vuestros putos bolsillos de trabajadores de la administración pública. Ah, es verdad, que nunca os importamos un pepino, y ahora todavía menos. Muchas gracias, capitalismo.
Como decían ya en los 80's The Specials: