Estúpida Erikah + Pavvla. Curtcircuit – Crónica
21/10/2017Siendo ya parte de la historia, Aspencat se retira temporalmente – Crónica
24/10/2017Antes de empezar con la segunda crónica, me gustaría aclarar que cronológicamente esta debería ser la primera parte de las Crónicas del Rototom 2017, pero por razones prácticas se va a quedar en segundo lugar. Dicho esto, empecemos con la segunda parte del primer día de Rototom.
Yo no conocía a los Twinkle Brothers hasta ese momento, aunque les tenía mínimamente fichados. Eran alrededor de las 8:30 de la tarde y tenía un mono de hacer fotos que no os podéis hacer idea. Es adictivo, casi demasiado. Llevaba como dos semanas sin disparar mi querida cámara, así que los fotógrafos podréis saber a lo que me refiero.
Llegué al Main Stage cuando ya habían empezado por diversos retrasos de mis acompañantes. No les culpo, son cosas que pasan estando de festival. Me abrí paso entre la multitud espaciosa que allí se acumulaba y me topé de cara con la valla de primera fila y con dos abuelos adorables encima del escenario.
El cantante, que según tengo entendido es Norman (Grant, como su hermano Ralston, el guitarra. Su apellido no es Twinkle, por si os lo preguntábais), parecía un profeta salido de las montañas más profundas y azules de Jamaica.
Estaban los dos hermanos ahí arriba, dándolo todo, desde los 60’s hasta ahora. Se notaban mucho las décadas encima de los escenarios (55 años sin parar), pero eso le añadía epicidad a todo el asunto.
Habrá quien se pregunte por qué llevo ya 7 años asistiendo sin perderme una sola edición. Sí, puede que la parte «capitalista» del festival de valores más que cuestionables y que la organización no ayude en absoluto, es más, a veces incluso entorpecen las cosas y no dan explicaciones a nadie, pero al margen de ese lado oscuro, llevo tanto tiempo porque siempre me descubren a alguien que merece la pena ser escuchado, me acercan a Jamaica durante un tiempo, son capaces de hechizar al público.
Lo que ocurre en ese pedazo de tierra es magia. Y los Twinkle Brothers nos lo estaban recordando a ritmo de roots reggae.
A todo esto, recordemos que no les conocí hasta que les vi ahí arriba. Y mi SD (tarjeta de memoria para los muy poco entendidos) se iba llenando poco a poco de buena rastavibra.
Era interesante cómo poco a poco iban pasando del roots más sincero y profundo a una especie de Dub mezclado con Drum&Bass que no era una maravilla pero hay que reconocer que sonaba muy bien.
Hagamos un paréntesis para reconocer la labor de la teclista (que en el tema de yt sería esa especie de organillo) y de sus gafas de sol, que poco a poco se fue quedando con todos nosotros.
Al fin, el momento que todos esperamos en todos los conciertos llegó. Empezaron a marcarse «Faith Can Move Mountains» elegantemente, al más puro estilo predicador rastafari. Ciertamente me recordaba a los conciertos de Lee Perry pero sin tanto barroquismo, cosa que todavía no sé si es buena o mala. Su excentricidad es indiscutiblemente genial.
De golpe y sin avisar hicieron un brake para pasar a un estilo mucho más toaster, prácticamente efímero ya que rápidamente volvieron a la línea original.
Y así, sin darnos cuenta, se nos hizo de noche. Allí íbamos todos a ciegas. Hacer fotos a oscuras es muy divertido una putada enorme, pero parece ser que los técnicos de luces tuvieron compasión de nosotros y les plantaron unos buenos focos blancos delante, cosa que facilitó notablemente mi trabajo.
Sí, seguía haciendo fotos, hice unas 390, no está nada mal, hubo donde elegir. Y sí, obviamente no estaba siendo para nada consciente de que me quedaba una semana intensísima por delante. Cosas de la fotografía, supongo.
Hagamos otro rápido paréntesis para mencionar al típico «woyoyoyoy» que se cuela en todos los conciertos de género, como si en uno en el que no se hiciera lo dejara automáticamente invalidado. Es gracioso. ¿Sólo me lo parece a mi? ¿En serio? Vaya humor que tenéis, de verdad.
Pero al margen, se lanzaron de cabeza a un temazo rockstedy del año 62, que debía ser uno de sus primeros éxitos. Por desgracia no lo encuentro, es una lástima. Poco a poco iba pasando al Ska, al rocksteady, al ska… si bien son casi lo mismo (uno es «hijo» del otro) cuando se escucha, sus diferencias son notables. Punto a favor.
Acabaron de forma explosiva después de otras pocas canciones, con otro trozo de tema del que desconozco el nombre, pero que les hizo llegar a lo más alto seguro, tanto en su carrera como en el escenario aquella noche.
Los fieles a este par de hermanos adorables a los que pueda ofender la relativa falta de información por desconocimiento del grupo ya me disculpáis, que todavía soy joven para conocer a todas las leyendas de la música jamaiquina que hay corriendo por ahí. Concededme unos años y veréis 🙂