La M.O.D.A. convertidos en los Héroes del sábado en Barcelona
19/11/2019Andrea Motis, sonidos brasileños en manos catalanas
27/11/2019La Apolo, sea cualquiera de sus salas, siempre es un escenario donde impresiona tocar. Tanto por su historia, como por lo que representa para la escena musical en Catalunya. Y, sobre todo, para un grupo que a penas empezó hace 4 años.
Las Balkan Paradise Orchestra no es un ni un grupo más de mestizaje, ni una orquesta más de viento-metal. Lo primero, porque existen pocos grupos dentro del panorama actual (y únicamente integrado por mujeres solo 1), por no decir ninguno, que toque música balcánica y esencialmente instrumental. ¿Lo segundo? Porque no se suelen ver a muchas orquestas encima de un escenario, con batería, y ofreciendo un espectáculo que se adapte tan bien al formato concierto en directo (fiesta mayor - festival) como una banda más.
Y teniendo poco más que decir sobre ellas, ayer reventaron la Sala 2 de la Apolo para poner punto y final a un tour con el que han recorrido toda la zona de los Països Catalans y diversas zonas de Europa. Y con colaboraciones de primerísimo nivel, como fueron las de Tribade, Joan Garriga, Miki Florensa, Maruja Limón, La Kolmena e Íñigo Xalbador. Incluso la de Alba Careta, la trompetista de las Balkan, que dejó su instrumento por momentos para asombrar con un timbre increíble al cantar Ederlezi.
Tras 1 hora con el DJ Sapoconcho Sem Poncho caldeando el ambiente con puros temazos balkan, el show arrancó poco más tarde de las 22:00, con el tema Odessa de Bar. Se iluminaba el escenario y aparecían 11 artistas. “Mucha gente en el escenario”, se rumoreaba por la sala (resonaban las palabras de Constantino Romero en los juegos olímpicos del 92). Pero imprescindibles, todas y cada una.
No faltaron tampoco canciones como Amchoor, Mesecina o Unza Unza Time que, para cierta sorpresa de un servidor al ser un grupo con relativamente poco recorrido, eran ya conocidas por los asistentes.
Se fueron sucediendo los diferentes cortes de su disco K’ATAKA (MICROSCOPI, 2018) y, cuanto más se animaba el público, mejor sonaban. Más especial fue aun cuando subió Sheila Quero de las Maruja Limón a cantar Dígame, Limón. Una voz increíble que, para un grupo (principalmente) instrumental, reclamaba a gritos esa fusión entre ambos grupos.
Las Tribade, rap feminista, de clase, tampoco podían faltar. Con ellas hicieron una especie de versión de la conocida canción hebrea Hava Nagila y se marcaron una colabo de ensueño pues, al fin y al cabo, el encaje es especial, más allá de la potencia y compromiso de ambos grupos.
Más potencia y más especial aun provocó la aparición de Joan Garriga. Poco hay que decir de este respetado artista que todo el mundo sentimos nostalgia y cariño cuando lo vemos con su acordeón en directo. Sin él esta vez, no obstante, enamoró (más aun, quizá…) a toda la Apolo cantando Bolero del Lladre junto a ellas.
Misirlou, el legendario tema central de la B.S.O. de la Ópera Prima de Tarantino, Pulp Fiction, fue para lo que puso sus 6 cuerdas Miki Florensa de La Pegatina que, con las Balkan con sus vientos, pusieron de patas arriba la sala. No escatimó en solos y efectos para dar cuenta de por qué era también una de las colaboraciones importantes de la noche.
También pudimos disfrutar del grupo de batucada La Kolmena, que llenaron el espectáculo de un poco más de energía y un poco más de ritmo para ir finalizando la noche al más alto nivel con una versión conjunta de Mahalageasca, del compositor serbio Goran Bregović.
Finalmente, Íñigo Xalbador (The Mousehunters) acompañó a las de Barcelona con su saxo barítono en Disco Partizani. Para redondear la velada con otro musicazo, vaya.
Las Balkan Paradise Orchestra generaron un ambiente y una sensación de que faltan más grupos con un espectáculo apto para el concierto en directo que nos hagan bailar, que pogos ya hemos hecho muchos, y Catalunya también baila.