
Primavera Sound Barcelona presenta su cartel y celebra su identidad para 2025
24/10/2024
Gravity Stairs: la escalera emocional de Crowded House que encandiló al Sant Jordi Club
30/10/2024La noche del miércoles, el Teatro Coliseum se entregó por completo a Sara Baras y su nuevo espectáculo, Vuela. Con todas las localidades agotadas desde hace meses, la bailaora gaditana homenajeó al icónico Paco de Lucía, el genio de la guitarra flamenca. Este espectáculo celebra también los 25 años del Ballet Flamenco Sara Baras, una compañía privada que ha dejado una huella única en el flamenco. Vuela nace del profundo respeto, cariño y amor que Baras profesa al maestro, resultando en una obra destinada a ser inolvidable, una pieza que sumerge al público en el mundo mágico que ella sabe crear.
Vuela es un recorrido coreográfico compuesto por 15 piezas, cada una inspirada en una palabra, que se despliegan a lo largo de cuatro actos: Madera, Mar, Muerte y Volar. Cada acto encapsula una emoción y un tema, tejido con el lenguaje del flamenco, transformando cada movimiento en palabras visuales.
El espectáculo abre con Madera, un tributo a las raíces y la calidez del ser. Aquí, el público conoce al Maestro, la figura inspiradora que es Paco de Lucía. A continuación, en Inspiración, un zapateado en el que Baras y el guitarrista Keko Baldomero se encuentran en perfecta armonía. Con piezas como Voz y Ritmo, interpretadas por el cuerpo de baile, Madera da forma a la fuerza y solidez de la tradición flamenca. En Ritmo, el grupo interpreta una Rondeña, donde el cuerpo de baile despliega un zapateado enérgico que evoca la esencia del flamenco más puro. La intensidad de los versos recitados captura esta esencia:
“Ebanista del acorde,
que da sentido a la vida,
que traza senda de vuelta,
que busca el carril de ida,
el camino no es el ritmo
de una sola creación,
es tu voz, es tu duende,
en forma de inspiración,
es tu piel, es tu savia,
es quizás una quimera
encerrada entre seis cuerdas
tensadas en la madera.”
En Mar, el segundo acto, la obra invita a navegar en la pasión y el fluir del agua. Aire, interpretado por Sara Baras, refleja la libertad y vastedad del océano, mientras que La Barrosa, a cargo del cuerpo de baile, se sumerge en esta temática, aunque no se especifica el palo. El acto culmina con Tierra, donde los músicos protagonizan una alegría festiva, transformando el escenario en una orilla vibrante de vida. Los versos recitados transmiten la nostalgia y los recuerdos de un mar que representa la memoria del maestro:
“Beso de sal en el horizonte
que se aleja al despertar,
que es la arena de ese monte
que sueña con ser el mar,
ay, que sueña con ser el mar,
tirititrán, tran tran.”
“Ya están sonando campanas,
ya está llorando el silencio,
ya están las olas del mar
vagando por tu recuerdo,
ya van pasando las hojas
sobre este manto de incienso
que huele a amor y a pureza,
que sabe a guitarra y sueño,
si estando en vida yo vivo,
estando muerto, yo vuelo.”
Muerte es el acto más profundo e introspectivo, donde el duelo y la memoria se convierten en baile. Luto, interpretado por Baras y Daniel Saltares, toma la forma de una seguirilla desgarradora, seguida de Canción de Amor, una pieza que conecta con el dolor de la pérdida. En Raíz, la cantaora May Fernández interpreta una Saeta, donde su voz se convierte en un lamento que conecta con las raíces más profundas del flamenco. La pieza Soledad, interpretada por el guitarrista Keko Baldomero, resuena con la melancolía de una guitarra que busca consuelo. Los versos del acto resaltan esta fusión de dolor y respeto:
“Como una cuerda en raíz,
como mi alma a la tierra,
los recuerdos son mil guerras,
son mil canciones de ti,
ya no me sale sufrir,
aunque el alma a mí me duela,
tengo a mi padre a mi vera,
te tengo maestro aquí,
por eso puedo sentir,
que tu corazón en mí vuela.”
Finalmente, Volar es un acto de liberación y celebración, donde la alegría del flamenco alcanza su máxima expresión. Con Recuerdo y Eternidad, interpretadas por el cuerpo de baile y Baras, la compañía expresa la trascendencia y el vuelo del alma flamenca. El espectáculo culmina con Volar, una bulería en la que Sara y su compañía entregan al público una explosión de vitalidad y fuerza. Los versos recitados capturan esta sensación de liberación:
“Donde volver a sentir,
donde volver a soñar,
donde poder descubrir,
un sitio en la eternidad,
donde bailar para ti,
donde yo pueda volar,
buscando la libertad, volar, volar,
yo solo quiero volar, volar, volar,
para poderte bailar, volar, volar,
te busco en la inmensidad…”
El espectáculo es un tributo vibrante y profundamente emotivo al legado de Paco de Lucía, que refleja el respeto y la admiración que Sara Baras le profesa. Bajo la dirección musical de Keko Baldomero y con el acompañamiento de músicos excepcionales como Diego Villegas en los vientos, Vuela se sostiene sobre una base sonora sólida y envolvente que potencia cada escena, creando una atmósfera de intensidad inigualable.
Durante toda la noche, el escenario fue un espacio de emociones y simbolismo, llevando al público en un viaje coreográfico donde cada gesto, cada compás y cada silencio hablaban por sí mismos. Las interpretaciones del cuadro flamenco y el cante de May Fernández y Matías López "El Mati" añadieron un dramatismo y autenticidad que hicieron vibrar el teatro entero, acercándonos a la esencia del flamenco más puro.
Para quienes no pudieron disfrutar del estreno, Vuela estará en el Teatro Coliseum de Barcelona hasta el 10 de noviembre. Cada función promete ser una velada llena de pasión, arte y un sentido homenaje a la figura de Paco de Lucía, dejando en el aire un tributo eterno que convierte cada noche en una celebración del flamenco y del alma que lo impulsa.