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21/11/2018El pasado 3 de Noviembre, los fans más acérrimos de los británicos Black Peaks se congregaron en Razzmatazz 3 para vivir uno de los conciertazos más cañeros jamás votados en la página web de Cooncert.
Los de Brighton, muy conocidos, seguidos y queridos por los amantes del rock progresivo en su tierra, hicieron parada por primera vez en su carrera en Barcelona dentro de su tour europeo, con motivo del lanzamiento de su nuevo disco de estudio All That Divides (Rise Records, 2018).
Pero la cosa no se queda ahí, ya que para abrir boca nos esperaban dos bandas europeas de aúpa, que dejaron al público más que preparado para acoger a los ingleses.
The Prestige fueron los primeros en saltar al escenario. El cuarteto parisino presentaba temas de su disco Amer (Nature Morte, 2015), de sonidos hardcore con mucho mensaje, como el que el cantante Alex Díaz nos explicaba referente a París, ya que para ellos ‘la ciudad del amor’ no es todo Torres Eiffel y Notre Dammes, sino que es todo lo contrario, un caos con olor a meados por toda la ciudad. Eso sí, se mostró muy entusiasta de poder tocar en el país de origen de sus padres.
Dejaron el listón muy alto, pero les siguieron Tusky, que desde Holanda se definen como “los hijos enfadados de Foo Fighters y de The Offspring”, y así lo demostraron, con un concierto enérgico y gamberro con el bajista bajando a tocar con el público y en un momento dado con Will Gardner, vocalista de Black Peaks. Y por cierto, hagamos mención especial a su vocalista John Coffey, que nada más empezar el concierto agradeció a los fotógrafos su presencia esa noche.
Y llegó el momento esperado, Black Peaks hacía aparición sobre el escenario de Razz 3 y el público se empezó a volver loco, un pequeño spoiler de lo que daría de sí la noche.
Sonaron temas de sus dos discos de estudio, trabajos que emanan energía muy potente con sonidos que van del Post Rock al Heavy y de ahí al Math con una intensidad que no decayó en todo el concierto, y pudimos comprobarlo escuchando a Will Gardner cantar temas como Saviour de su primer disco o Can’t Sleep del LP recién salido del horno All That Divides, a la que también pertenece una de las canciones con las que cerraron el concierto, Home, que vino acompañada de una reflexión por parte de Gardner referente al Brexit.
El público lo dio todo durante todo el bolo, tirándose hacia adelante cuando Will se acercaba a ellos al filo del escenario y corear los temas junto al micrófono. En muy poco tiempo Black Peaks han conseguido crear una buena cantera de fans incondicionales, y esperemos que la banda vaya evolucionando, ganando adeptos y creciendo como hasta ahora, desde Metronome solo podemos decir que seguro que consiguen tener un buen recorrido dentro de su género.